“La Batalla”, 14 de enero de 1937
El próximo
domingo, en Lérida, celebrará nuestro Partido una Conferencia Militar, en la que
participarán representantes de todos los frentes, y miembros de los comités
militares de las distintas localidades (54).
Es decir, concurrirán todos aquellos camaradas responsables, que, durante los
últimos meses, se han especializado en los problemas de índole militar. Nuestro
Partido (POUM), de esta manera, quiere estudiar
todos los problemas de índole militar. Nuestro Partido, de esta manera, quiere
estudiar todos los problemas militares que la actual guerra plantea, no sólo en
cuanto al aspecto técnico, que es fundamental, sino también en relación con los
problemas políticos específicos de la revolución. Indicando esto, se deduce
claramente la importancia que esta Conferencia ha de tener, y la serie de
problemas de gran transcendencia en los actuales momentos que tendrá que
abordar.
La
prolongación de la guerra y los caracteres de contienda moderna que ésta asume,
obliga a la reorganización de todas las fuerzas combatientes, en una forma
coordinada y completamente disciplinada. Nadie, en absoluto, que viva en toda
su intensidad y complejidad las cuestiones que hay que afrontar, a no ser los
sectores impenitentes y estériles que hacen tesis intransigentes mientras los
demás combaten o trabajan por la revolución, puede negar esta necesidad
derivada de toda una experiencia de cerca de seis meses. Es imposible llevar a
cabo una guerra de las características de la vivimos en España, con la independencia
de las columnas y sin una estructuración terminante de la acción y el mando
único. Se precisa un ejército, pero un ejército revolucionario, de clase.
Aquí es,
precisamente, donde estriba todo el nudo de la cuestión. Para los republicanos
pequeñoburgueses y los reformistas (socialista y stalinianos), lo importante es
la constitución de un ejército regular, genéricamente antifascista, pero sin contenido de clase.
Un ejército en que profesionales tengan atribuciones semejantes a las que
tenían en el ejército monárquico y burgués. En suma, un ejército en el que el
proletariado no tenga la hegemonía absoluta y que siga sometido a un todo al
aparato republicano burgués de Estado.
No es ésta,
ni puede serlo, la concepción que sobre el ejército tiene el proletariado
revolucionario. No hay un solo trabajador que no comprenda la importancia de la
organización sistematizada. Para las luchas contra el capitalismo, el
proletariado ha comenzado por disciplinar sus filas como el mejor medio para el
triunfo. Pero la organización y la disciplina no algo abstracto,
independientemente de la propia cualidad del contenido. También hay disciplina
en las fuerzas fascistas, y muy rígida, pero al servicio de la clase
capitalista. Para nosotros se trata de que el nuevo ejército, y la disciplina a
que éste sometido, correspondan exclusivamente a los intereses de la clase de
los obreros. Esto es, precisamente, lo fundamental, y ésta es la concepción que
nuestro Partido ha divulgado y ha tratado de imponer. La Conferencia Militar de
Lérida, una vez más, reafirmará esta posición terminante del P.O.U.M.
Pero
independiente de nuestros deseos, que no podemos imponer por ser fuerza
minoritaria, existe la realidad, y ésta consiste en que se trata de estructurar
un nuevo ejército en condiciones que no responden a las aspiraciones
proletarias revolucionarias de la situación. Nuestro Partido, ante este hecho,
no puede imitarse a adoptar una posición simplemente crítica y despectiva. En
revolucionarios, tenemos la obligación de fijar también, las tareas en relación
con el trabajo a realizar en un ejército no basado en las concepciones
políticas de clase, que nosotros propugnamos.
El nuevo
ejército, esencialmente proletario, sólo por su composición, es la garantía
hoy, y lo será mañana, del curso que haya de seguir la revolución. Por tanto,
de más está decir que la propaganda política entre los combatientes, reviste,
por esto mismo, una importancia fundamental. Hay que debatir y resolver la
manera de hacer lo más eficaz posible la propaganda de nuestras concepciones
políticas entre los combatientes. Al mismo tiempo, si no se le estructura el
trabajo político, resultará prácticamente, disperso y poco eficiente. Es
preciso organizar nuestro trabajo político
militar en un plano nacional, facilitando a nuestros milicianos el
material político necesario para que divulgan nuestras consignas y expliquen
nuestras concepciones. El Partido tiene que darse cuenta de toda la
trascendencia que esto supone para nuestras ideas y, por tanto, para el curso
futuro de la revolución. Se trata de adoptar las medidas más adecuadas para que
el ejército nuevo responda en absoluto a las ideas de clase.
Durante todo
el período de la guerra, en todas las organizaciones obreras se han revelado
como excelentes especialistas militares, muchos trabajadores. En el nuestro,
también existen, yen buen número. Hay cuestiones que, aunque en su aspecto
externo y general parecen exclusivamente técnicas, tienen una íntima relación
con la política. Tales son los dos puntos del orden del día de la Conferencia: La industria de guerra y organización
militar de retaguardia.
(54) La Conferencia Militar del POUM se
celebró en Lérida durante los días 17 a 19 de enero de 1937. En ella se
debatieron todos los aspectos relativos a los problemas militares de la
revolución.
“La
Batalla”, 14 de enero de 1937
Proyecto
de “Tesis políticas”, elaboradas por Nin, para presentarla al Congreso nacional
del POUM, el 19 de junio de 1937. Dicho Congreso no llegó a celebrarse a causa
de la represión.
Libro Juan Andrade, La revolución
española día a día. Edita: Editorial Nueva era y publicaciones trazo.
ÍNDICE
NOTAS
POLITICA DIARIAS
La verdad
significación de la reunión del parlamento 19
A pesar de
la revolución persiste la vieja burocracia 23
El mando
único y el control político de las milicias combatientes 25
Se ha
reunido el Parlamento del 16 de febrero 27
Para los militantes
comunistas sólo deberes sin derechos. 31
La unidad
sindical es ahora más posible que nunca 33
El problema
de los evacuados y el problema de estos 35
La
significación del mitin del Gran Price 39
Sobre las
alusiones frecuentes a un gobierno fuerte 41
Sigue
planteado el problema del mando único 43
Los
camaradas extranjeros en la Revolución Española 45
El “calumnia
que algo queda”, o una táctica desacreditada. 49
La propuesta
de armisticio y el deseo de estrangular nuestra revolución 51
La actitud
de la CNT es la solución de la crisis 53
Acerca del
carácter y la significación del nuevo consejo de la Generalidad 55
La crisis de
la Generalidad y el movimiento revolucionario internacional
57
¿Es que las
fracciones obreras renuncian a la libertad de crítica? 59
Sobre la
educación política de los nuevos adherentes a las organizaciones
obreras 61
No se trata
de un prurito sino de un problema político 63
Llevar la guerra
hasta el fin significa ultimar la revolución social 65
La prensa
debe estar, exclusivamente, al servicio de los intereses
revolucionarios 67
Los nuevos
órganos de expresión revolucionaria y los parlamentos 73
Hay que
contener las actividades de los grupos incontrolados; pero también hay que
impulsar la revolución 75
El balance
del año 77
Las
aspiraciones políticas de los combatientes
79
Las
revoluciones ofrecen también sus peligros posteriores 81
Solidaridad
proletaria internacional en torno a nuestro partido 83
Las fuerzas
coactivas definen el carácter del régimen
85
La
intervención germano-italiana en España
87
Unidad política
y unidad sindical 89
Los
demócratas burgueses quieren sobrevivir
91
La calumnia
como arma burguesa 93
La admisión
de nuevos militantes en las organizaciones obreras 95
El ejército y la revolución
97
Por un nivel
de vida de guerra 99
Odios
imposibles 101
Los
problemas militares y el POUM 103
Los
anarquistas en la revolución 105
De la teoría
a la práctica anarcosindicalista 107
De la
comprensión a la acción 109
Contrarrépublica 111
Filtraciones
burguesas 113
Unidad
sindical 115
Se
intensifica la ofensiva 119
Jóvenes y
viejos 121
Voluntarios
extranjeros 123
Ambiente valenciano 125
Artículo de
Prieto 127
Censura
“proletaria” 129
Ejemplo
malagueño 131
Primer
paso 133
Ganar una
guerra 135
En torno a
Málaga 137
Posición
clara 139
Solidaridad
tácita 141
Más sobre
Málaga 143
Moral de
guerra 145
Unidad
sindical 147
Intervención
internacional 149
La guerra es
la guerra 151
Hegemonía
proletaria 153
Selección de
mandos 155
Actividad
militante 157
Aliados
naturales 159
Conjunción
revolucionaria 161
Defensa de
la revolución 163
Unificación
sindical 165
Hablar
claro 167
Absorción
intolerable 169
Imperialismo
partidista 171
¡Madrid,
Madrid! 173
Nuestra
bandera 175
Espíritu
gregario 177
Desaliento
fascista 179
Frente
revolucionario 181
Concepto de
responsabilidad 183
Revolución y
retaguardia 185
La columna
de hierro 187
¡Atención a
Madrid! 189
Ofensiva
italiana 191
El partido
en pie 193
Imperialismo
fraccional 195
Responsabilidad
revolucionaria 197
Reanimación
proletaria 199
Ocho
meses 201
Nacionalización
de extranjeros 203
Quinta
columna 207
Reivindicaciones
inmediatas 209
Saturación
fraccional 211
Partido y
sindicatos 213
Gobierno
fuerte 215
Discrepancias
socialcomunistas 217
Problemas
vitales 219
Ofensivas
económicas 221
Democracia
obrera 223
Continuamos
igual 225
Habla
Araquistain 227
Sondeos de
paz 229
Revolución o
contrarrevolución 231
Cuestiones
fundamentales 233
14 de
Abril 235
Frente
revolucionario 237
Disolución significativa 239
Manifestaciones
contrarrevolucionarias 241
Pactos y
conductas 243
Respuesta
proletaria 245
“CNT-POUM” 247
Vigilancia
Revolucionaria 249
“La
Batalla”, 2 de mayo de 1937
COMENTARIOS
Lenin y
el Leninismo
La
composición social de los dirigentes fascistas 269
Solidaridad
criminal 271
Burócratas
satisfechos 273
La crisis
periódicas de la Generalidad 275
NOTAS 279
PROBLEMAS
DE LA REVOLUCION Y DEL MOVIMIENTO OBRERO
Lenin y la
guerra 285
Marxistas
revolucionarios y anarquistas en la Revolución Española 293
Introducción
del [libro] España Traicionada (Stalin y la guerra civil) Ronald Radosh, Mary
R. Haberck (eds)
La situación
política y las tareas del proletariado
Proyecto
de “Tesis políticas”, elaboradas por Nin, para presentarla al Congreso nacional
del POUM, el 19 de junio de 1937. Dicho Congreso no llegó a celebrarse a causa
de la represión.
Boletín
interno del Comité de Barcelona del POUM (1937)
Mika
Feldman, conocida como Mika Etchebéhère (1902-1992) en la Fundación Andreu Nin
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