(1)
El 28 de
abril de 1921, en el pleno de la CNT, Nin fue nombrado uno de los cuatro
delegados para el congreso de fundación de la Internacional Sindical Roja ISR (junto con Maurín,
Arlandis, Ibáñez y Gaston Leval para los grupos anarquistas). En mayo se marchó
junto con Maurín a Moscú, pasando por París (2), donde intervino Pierre Monatte, del grupo
sindicalista-revolucionario alrededor del periódico La Vie ouvrière,
para ayudarles a continuar su viaje (3).
Nin y Maurín llegaron a Berlín donde fueron recibidos por los
anarcosindicalistas alemanes de la Unión Libre de Trabajadores (Freie
Arbeiter-Union) y mantuvieron conversaciones con Rudolf Rocker, pero también
con Theodor Plivier, escritor que posteriormente llegaría a ser conocido. En
Berlín se encontraron también con los demás delegados españoles, la
continuación del viaje fue organizada por la embajada soviética.
La
delegación de la CNT participaba ya con función observadora en el tercer
congreso de la Internacional Comunista (22.6. - 12.7.1921), pero no llegó a
desempeñar su verdadero papel hasta que tuvo lugar el congreso de la ISR,
del 3 al 19 de Julio (4). Nin
destacó por sus intervenciones en las que defendió el sindicalismo como única
fuerza para instaurar la sociedad comunista, pero respaldó una estrecha
colaboración con los bolcheviques y la Internacional Comunista en contra de
otro grupo de sindicalistas, provenientes sobre todo de Francia, que propugnó
el principio de la autonomía sindicalista pero se quedó en minoría. Después del
congreso, su firma se podía encontrar debajo de numerosas apelaciones a los
sindicalistas «puros», pidiendo que siguieran participando en la ISR.
Su aparición
en el congreso le predestinó para las tareas de mando en la nueva
Internacional. En septiembre de 1921 se trasladó a Berlín, con el encargo de
apoyar el trabajo de la recién fundada Oficina Centroeuropea de la ISR, pero
después de poco tiempo fue detenido. (5)
Aunque el gobierno español pidiera su extradición, cuando salió de la cárcel a
principios de 1922, pudo ir directamente a Rusia.
Una vez
allí, entró en el secretariado de la ISR. El secretario general era el ruso
Losovsky y Nin se convirtió en su suplente. Era, por lo tanto uno de los
líderes más importantes de la nueva Internacional. En seguida destacó por una
gran cantidad de artículos y comentarios, publicados tanto por los órganos de
la ISR (sobre todo en su revista mensual del mismo nombre, editada, a veces
simultáneamente, en ruso, alemán y francés —algunas ediciones también en
español e inglés) como por los órganos de la Internacional Comunista (sobre
todo en sus servicios de información, Inprekorr (alemán)
y Correspondance Internationale (francés). También se
difundieron en muchos periódicos editados por simpatizantes de la ISR en varios
países, por ejemplo en España la Lucha social y La
Batalla.
En los temas
de estos artículos se reconoce su posición política y los ámbitos a los que se
dedicó durante el liderazgo de la ISR. Por un lado se trataba de artículos
sobre la revolución rusa, como por ejemplo con objeto del primer aniversario
del levantamiento de Kronstadt. Pero sobre todo contenían su opinión sobre el
desarrollo del sindicalismo internacional. Bajo la influencia de los
anarquistas se formaba una corriente que se encontraba en oposición a la ISR y
que, después de varias reuniones, hacia finales de 1922 formó la Asociación
Internacional de Trabajadores. Sindicatos como la Unione Sindacale Italiana,
pero en primer lugar la CNT se afiliaban; las corrientes probolcheviques se
encontraban en minoría. En la CGTU francesa, sin embargo, y con la ayuda de
Nin, los partidarios de Moscú terminaron formando mayoría y se convirtieron en
apoyo básico de la ISR. Tal como se desprende de sus artículos, Nin siguió
sobre todo el desarrollo de los países del sur de Europa y de Latinoamérica (6), pero, en concordancia con los
contactos de la ISR, comentaba también el desarrollo en los Países Bajos o en
Bulgaria. Igual importancia tuvieron para él las cuestiones de la lucha
sindical diaria. Comentaba, por ejemplo, en la revista de la ISR el folleto de
un sindicalista francés referente a la cuestión de propinas para camareros.
La rotura
entre los sindicalistas de tendencia anarquista y los sindicalistas
probolcheviques y revolucionarios no se pudo evitar tampoco con el segundo
congreso de la ISR, del 19. 11. hasta el 2. 12. 1922. En este congreso, Nin
jugó un papel destacado (7). Era el
informador acerca del punto, particularmente polémico, de las relaciones entre
la ISR y la Internacional Comunista (8).
Respecto a esta cuestión, al contrario de los anarquistas y a pesar de las
simpatías a favor de los bolcheviques, sobre todo los sindicalistas franceses
se habían rebelado contra las relaciones orgánicas acordadas en el primer
congreso, es decir la subordinación formal de la Internacional Sindicalista a
la Internacional Política. Debido a las presiones de la CGTU, la relación entre
la ISR y la Internacional Comunista se reguló ahora como una relación entre
Internacionales con los mismos derechos respecto a la organización.
Sin embargo,
este reglamento no provocó muchos cambios en la práctica; hasta ahora
existieron representantes oficiales de la ISR en la dirección de la
Internacional Comunista y viceversa, ahora se establecieron comités comunes de
acción, dedicados a un caso específico. De todas maneras, Nin fue en ambos
casos uno de los representantes de la ISR (9):
En el año 1923 se convirtió oficialmente en comunista y, ya que vivía en la
URSS, se afilió al partido bolchevique (10). Cuando, frente a las constantes
disputas acerca de la política sindical en los partidos comunistas, el comité
ejecutivo de la Internacional Comunista creó en el año 1926 una comisión
sindical propia, para poder dirigir mejor incluso la ISR, Nin también tomó
parte (11).
Nin demostró
pronto que, mientras dirigía la ISR, sus intereses no se limitaron a cuestiones
meramente sindicales o problemas burocráticos referentes a la organización,
sino que le preocupaba el problema del fascismo. Muy pronto se dio cuenta de
ello, ya que se dedicaba sobre todo a los países latinos de Europa y, entre ellos,
a Italia. En la tercera reunión del consejo central de la ISR, una especie de
consulta más amplia entre los congresos, que tuvo lugar del 25 de junio hasta
el 2 de julio de 1923, dio una conferencia de mucha relevancia sobre la «lucha
de los sindicatos contra el fascismo» (12).
Definió el fascismo como un fenómeno internacional que, frente a las formas
tradicionales de reacción burguesa, era básicamente nuevo por el apoyo masivo
que encontraba en elementos desclasados, pequeñoburgueses y campesinos, lo que
le permitía una campaña destructiva de características terroristas,
desconocidas hasta el momento, contra la clase obrera. El medio de lucha más
efectivo para combatir el fascismo le pareció ser el frente único proletario,
cuyos principios veía en el movimiento sindical internacional (un acuerdo
recientemente pactado entre la Federación Internacional de Trabajadores del
Transporte y los sindicatos rusos). Al tema «Fascismo y la respuesta de los
sindicatos» volvió frecuentemente en el período posterior: en muchos artículos
divulgados a nivel internacional en la prensa de la ISR y de la Internacional
Comunista, en una ponencia durante el tercer congreso de la ISR en el año 1924
y luego en sus escritos teóricos de los años posteriores, como por ejemplo en su
contestación a Cambó en el año 1930.
Sus
conocimientos de Italia no se basaron únicamente en sus contactos con
militantes italianos. A principios de 1924, su primer viaje al extranjero
después de su llegada a Rusia hacía dos años, le llevó a Italia. Hizo este
viaje por encargo de la ISR para aclarar la situación de sus simpatizantes, es
decir, de los sindicalistas comunistas, quienes habían quedado en minoría entre
los sindicalistas del USI y habían roto con esta organización. El partido
comunista colaboraba sobre todo con la CGL [Confederazione Generale del
Lavoro], de tendencia socialdemócrata, en la que intentaba consolidar una
oposición revolucionaria. A principios de 1924, el objetivo era la alianza con
los maximalistas, una corriente dentro del Partido Socialista alrededor de
Giacinto Serrati, la cual, después de una larga temporada de titubeo, se
acercaba a los comunistas y fusionaría finalmente, en verano de 1924, con el
PCd'I. Esta corriente incluía importantes cuadros sindicales. Nin estuvo allí desde
principios del año hasta marzo de 1924 (13).
Cuando se enteró de la muerte de Lenin se encontraba en Roma (14). Después de su vuelta comentó sus
experiencias italianas en una serie de artículos.
En 1924, la
ISR se había consolidado en líneas generales. Las esperanzas iniciales de
conseguir, mediante la fusión de sindicalistas y comunistas, la mayoría en el
movimiento sindical internacional y de separar a la Federación Sindical
Internacional socialdemócrata (con sede en Amsterdam), habían desvanecido. Si
después de 1921 las exigencias se habían limitado al frente único de todas las
organizaciones obreras, ahora se cuestionó la creación de la unidad sindical
europea, tal como la consideraba posible el III Congreso de la ISR bajo ciertas
condiciones. Éste era también el resultado del desarrollo dentro de la
Internacional de Amsterdam, ya que se había formado en 1923/24 una sección
izquierdista alrededor del antiguo secretario Edo Fimmen, el líder de la
Federación Internacional de Trabajadores del Transporte y, sobre todo,
alrededor de la dirección del Trades Union Congress (TUC) de Gran Bretaña.
Pero la
postura concreta que había de adoptar la ISR era objeto de polémica en las
propias filas. Sobre todo los líderes de los sindicatos soviéticos, bajo la
presidencia de Michail Tomsky que formaba parte de la corriente 'derechista'
dentro del partido bolchevique, estaban, más o menos abiertamente, a favor de
disolver la ISR. En 1924 aún iniciaron un comité común con el consejo general
del TUC, el Comité Anglo-ruso. La dirección de la ISR, al contrario, rechazaba
la mera liquidación de la ISR y exigía la unión, con iguales derechos, de todos
los sindicatos a nivel internacional. Sabemos poco acerca del desarrollo de las
polémicas internas. El archivo de la ISR en Moscú todavía está a la espera de
un estudio (15). Sin embargo, unos
comentarios posteriores de Nin dejan entrever de manera inequívoca que defendía
la existencia de la ISR contra las intenciones de liquidación por parte de los
líderes sindicales soviéticos. El que hiciera un distanciamiento tajante hacia
la internacional sindical de Amsterdam lo demuestran también sus muchos
artículos en la prensa de la ISR. Incluso atacó la actuación de la dirección
del TUC, o sea de la izquierda de Amsterdam, durante la huelga general
británica en el año 1926. En los párrafos de su libro del año 1933 que dedicó a
la FSI, volvió a referirse a esta crítica.
Pero su
posición en la ISR se vio ahora debilitada por el hecho de tomar partido a
favor de la oposición izquierdista dentro del partido bolchevique alrededor de
Trotsky. Otros que, de manera similar, habían tomado el camino político del
sindicalismo revolucionario hacia el comunismo, ya habían expresado sus
simpatías por Trotsky en las controversias con ocasión de la muerte de Lenin.
Entre ellos se encontraban en Francia Pierre Monatte y Alfred Rosmer, quien
había participado en cierta medida en la fundación de la ISR. Ambos fueron
excluidos del PCF en 1924. El búlgaro Georgi Andrej?in quien, siendo emigrante
en Estados Unidos, había jugado un papel en los Industrial Workers of the
World, los «Wobblies», había llegado en 1921 como fugitivo a la Rusia soviética
y había pertenecido a la dirección de la ISR. Después de 1924 se le había
apartado con un cargo de colaborador de Trotsky.
También Nin
apoyaba la lucha de Trotsky. Pero sorprendentemente, en mayo de 1925, la prensa
de la Internacional Comunista y de la ISR publicó una declaración, en la cual
se distanciaba de Monatte y de Rosmer y del 'trotsquismo' en general y se solidarizaba
con 'la línea general' del partido. Sin embargo, más tarde, dos antiguos
líderes del PC español comentaban en sus memorias que, según unas confidencias
de Nin, se le había obligado a hacer esta declaración ya que su intercambio
secreto de cartas con Monatte y Rosmer se había intervenido. Si no hubiera
hecho esta declaración se le habría destituido. (17)
¿Se trata
por lo tanto de una declaración 'táctica' - parecida a la actuación de Trotsky
después de 1923 y antes de 1926, cuando se volvió a producir abiertamente la
lucha por el poder dentro del partido? Esto mismo hace suponer también un
artículo corto de Trotsky, en el que escribió en 1931 que Nin «se encuentra en
las filas de la oposición desde 1923». (18)
En todo
caso, como resultado de esta actuación, la posición de Nin dentro de la ISR
quedó intocable. Hacía fuera parecía incluso cada vez más destacada. A finales
de 1925 volvió a viajar a Europa occidental por encargo de la Internacional.
Esta vez se trasladó primero a los Países Bajos donde, a finales de diciembre,
«el Secretariado Obrero Nacional» (Nationaal Arbeidssecretariaat / NAS), una
agrupación originariamente sindicalista con larga tradición, entonces dirigida
por el comunista Henk Sneevliet, se planteaba su afiliación a la ISR. Como la
tendencia anarcosindicalista había ya abandonado el NAS, la afiliación se
realizó con una mayoría aplastante. (19)
Los dos sindicalistas comunistas Nin y Sneevliet se conocieron seguramente ya
en Moscú puesto que el neerlandés había trabajado hasta 1924 para la dirección
de la Internacional Comunista. Las relaciones entre ambos no se limitaron a
este encuentro durante esta conferencia. Eligieron posteriormente un camino
político semejante que les llevó temporalmente al lado de Trotsky. Cuando, en
1927, el NAS se separó de la ISR, aparte de cuestiones de política sindical,
también la solidaridad con la oposición soviética jugaba un papel importante.
Sin embargo, tanto Nin como Sneevliet tuvieron después diferencias con Trotsky
sobre el tema de las tácticas concretas en sus países, lo que finalmente les
llevó a la rotura. (El partido fundado posteriormente por Sneevliet, el Partido
Obrero Revolucionario Socialista, fue un estrecho aliado del POUM; el propio
Sneevliet visitó en otoño de 1936 la Barcelona revolucionaria) (20).
Desde los
Países Bajos Nin se fue a principios de 1926 a París donde mantuvo
conversaciones con los comunistas franceses, sobre todo con la dirección de la
central sindical CGTU, afiliada a la ISR. Posiblemente su misión haya sido
también la de reforzar temporalmente la dirección del PCE que se había
trasladado a París después de varias campañas de persecución por parte de la
policía de la dictadura de Primo de Rivera. Pero el 13 de enero fue detenido,
quizás, tal como opinaría más tarde, debido a la traición de un espía policial
que se encontraba entre los comunistas. Después de un mes fue liberado y volvió
a la Unión Soviética. (21)
La
incontestabilidad de su posición se demostró con su admisión en la comisión
sindical de la Internacional Comunista (véase arriba) y, sobre todo, con su
actuación en la cuarta sesión del consejo central de la ISR del 9 al 15 de
marzo de 1926. En esta ocasión presentó un informe sobre la actividad de la
oficina ejecutiva, presentándose públicamente como el líder de la ISR más
importante al lado del secretario general Losovsky - este último dio una
conferencia acerca de «las obligaciones próximas del movimiento sindicalista» (22). Aparte de mencionar muchos
problemas detallados del movimiento sindical europeo, su informe destacó por la
polémica, apenas disimulada, contra el ala 'derecha' de la ISR. Le reprochaba
su excesivo interés en una «unidad a cualquier precio» con Amsterdam. Los
derechistas sobrevaloraban sus fuerzas, lo cual llevaría a la liquidación de la
ISR. Esto era una ofensiva más o menos abierta hacia los líderes sindicales
soviéticos alrededor de Mikhail
Tomsky , los cuales insistían en una alianza con la TUC.
Posiblemente
encontramos aquí también la razón por la cual Losovsky mantuvo a Nin en
su posición. Representaba el peso contrastante frente al ala derecha de
los líderes sindicales soviéticos. (23)
En todo caso, Nin expresó en varios artículos una postura tajante contra los
dirigentes de la TUC, la central sindical británica, que estaban aliados con
ellos en el marco del Comité Sindical Anglo-Ruso. Se desconoce hasta qué punto
haya podido apoyar, dentro de los gremios de la ISR, las exigencias
particulares de la Oposición Unificada alrededor de Trotsky y Sinoviev, la cual
se organizó en la primavera de 1926 y que exigía, por ejemplo, la rotura con
este comité sindical. De todas maneras era uno de los activistas
«internacionales» más importantes de la oposición después del inicio de la
lucha entre las fracciones del PCUS durante la segunda mitad del año 1926. La
notoriedad de su postura lo demuestra un comentario que hizo Trotsky durante
una reunión de la presidencia del Comité Ejecutivo de la Internacional
Comunista el día 27. 9. 1927, cuyo tema era su expulsión de la directiva de la
Internacional Comunista. Dijo, casi como si se tratara de una profecía: « ¿Y el
camarada Nin, uno de los mejores militantes de la vanguardia proletaria, un
importante colaborador de la Internacional Sindical Roja - qué haréis con él?
¿Qué destino le preparareis? ¿Qué medidas tomaréis contra él?» (24)
Así que Nin,
en el transcurso del año 1927, tenía cada vez menos posibilidades de aparecer
en público y a pesar de seguir siendo miembro de la dirección de la ISR, casi
no pudo publicar artículos. Durante los primeros meses del año, seguramente
también él estuvo totalmente absorto por la revolución china. Por su curso
revolucionario la oposición dentro del partido bolchevique y de la
Internacional Comunista, liderada por Trotsky, llevó una intensa lucha. Los
sindicatos chinos, que contaron con varios millones de seguidores y estuvieron
organizados bajo la influencia del PC, se habían unido a la ISR (hasta su
sangrienta eliminación por parte de Chiang Kai-Chek, el anterior aliado de
Moscú). No sabemos nada de sus actividades al respecto de China. En Las
organizaciones obreras internacionales solamente mencionó las
diferencias de opinión dentro de la ISR sobre China y apuntó que incluso
Losovsky, el fiel seguidor de Stalin, con ocasión de su viaje a China en el año
1927, había sido censurado por la prensa soviética y la de Chiang Kai-Chek
porque sus opiniones no eran oportunas. (25)
La expulsión
de la oposición soviética del Partido Comunista a finales de 1927 que llevó a
la deportación de cientos de sus conocidos líderes de Moscú a territorios
apartados del país no afectó a Nin por el momento. Aparentemente, debido a su
calidad de 'internacional', el aparato estalinista no lo podía alcanzar sin
más. A pesar de que se hicieran preparativos para su expulsión del partido
durante los primeros meses del año 1928, como miembro de la dirección de la ISR
que pertenecía al Buró Ejecutivo, no se le negó el derecho de participar en el
IV Congreso de la Internacional Sindical del 17 de marzo al 3 de abril en Moscú
donde incluso pudo participar en la discusión.
Intervención de Andrés Nin, el 22 de marzo, en
el Congreso de la Internacional Sindical Roja reunido en Moscú en 1928
A pesar de
poder hablar solamente una vez, su aparición causó un fuerte impacto. Atacó a
los líderes sindicales 'derechistas' de la Unión Soviética, exigió más
influencia para los obreros soviéticos y reclamó una orientación hacia la
izquierda dentro de la ISR. Esto provocó reacciones violentas por parte de
varios delegados e incluso por parte de Solomon
Lozovsky . Se produjo una declaración, seguramente iniciada
'desde arriba', por parte de los delegados latinoamericanos en contra de su «traición» a la URSS. El pintor mexicano
Siqueiros, quien se encontraba entre los delegados, cuenta en sus memorias que
esta conferencia, que había provocado un 'violentísimo tumulto', había
impresionado mucho a su colega y compañero Diego Rivera, quien participaba en
el congreso como invitado y que gracias a ello se había convertido en
simpatizante de Trotsky. (27) De
igual importancia fueron los contactos directos que pudo enlazar Nin con los
delegados cubanos Julio Antonio Mella y Sandalio Junco al margen del congreso. (28)
En su
intervención, Nin había mencionado solamente una pequeña parte del programa de
la oposición y no había expresado ninguna de las exigencias que se referían
directamente al partido y a la Internacional Comunista. Sin embargo, esta
última aparición de un opositor izquierdista delante de un foro comunista
internacional tuvo lugar casi medio año después de la expulsión de Trotsky y de
la mayoría de los oposicionistas del PCUS. Nin perdió su puesto en la ISR y
poco tiempo después se le expulsó del PCUS. Curiosamente su nombre (también el
de Maurín) seguía apareciendo entre los colaboradores hasta mayo de 1929 en la
cubierta de la edición alemana del órgano de la ISR La Internacional
Sindical Roja.
Como se
explicará en otro lugar de esta publicación, a pesar de poder seguir en el
Hotel Lux, llevaba ahora una existencia precaria y tuvo que ganarse la vida con
sus traducciones. A partir de principios de 1929 quiso marcharse de la Unión
Soviética y no fue una casualidad que este momento coincidiera con el destierro
de Trotsky. Pidió a su viejo compañero de la ISR, Henk Sneevliet, que le
facilitara asilo en cualquier país europeo. Éste consiguió finalmente, con la
ayuda del partido obrero noruego, un permiso de estancia en Noruega. (29). Pero mientras Nin estaba buscando
un país que le fuera más oportuno, a mediados de 1930, se le colocó
repentinamente en un tren que iba en dirección hacia oeste. Esta deportación
imprevista podría haber sido motivada por el inicio del V Congreso de la ISR,
el día 15 de agosto (con duración hasta el día 30). Es probable que se quisiera
evitar un posible contacto con los delegados. (30) Esta interpretación es reforzada por el hecho de que incluso
las delegaciones de Francia y China hicieran una declaración, seguramente no
por iniciativa propia, en la que celebraban la expulsión de Nin. Según esta
declaración, el proletariado soviético le había tolerado demasiado tiempo. Es
interesante que esta resolución no se haya incluido en las actas (en lengua
alemana y rusa) del congreso, sino que fuera publicada en el Pravda del
25 de agosto.
Para el
expulsado, la situación había cambiado radicalmente por motivo de la
destitución de Primo de Rivera a principios de 1930: Ya podía volver directamente
a España. Durante casi siete años había sido miembro de la dirección de la
Internacional Sindical Roja. Ningún otro español ocupó a nivel internacional
una posición directiva de semejante importancia en la izquierda. Sobre todo sus
experiencias sindicales, pero también su postura internacionalista, fruto de su
actividad, fueron lo que podía aportar ahora a las organizaciones a las que
perteneció durante el período posterior – Oposición, respectivamente Izquierda
Comunista, luego el POUM. Una consecuencia literaria de su actividad en la ISR
eran en cierto sentido sus artículos sobre cuestiones sindicales que escribía
sobre todo en Comunismo, más adelante en La
Batalla y, aparte de la edición del Programa de acción de la
Internacional Sindical Roja de Solomon
Lozovsky (Barcelona 1932) y la Crítica del
sindicalismo de G. Plekhanov (Madrid 1934), naturalmente su historia
del movimiento internacional sindical Las organizaciones obreras internacionales.
Notas
(1) La historiografía actual sobre la Internacional Sindical
Roja (ISR) es muy escasa. Véanse las notas en mi contribución
"The Red international of Labour Union" en: Jürgen Rojahn
(editor), The Communist International and its National Sections,
1919-1943, Berna 1994. Aquí también las indicaciones bibliográficas exactas acerca de las actas
y otras publicaciones de la ISR, mencionadas en este lugar. Del propio Nin
existe una descripción de la ISR en su libro, editado por primera vez en 1933,
en Madrid, Las organizaciones obreras internacionales, Barcelona
1978, pág. 75-88, 119-183 y 207-219. Algunas indicaciones sobre sus actividades
en la ISR, apoyadas sobre todo en sus artículos en La Batalla durante
los años 1922-23 se encuentran en Pelai Pagès, Andreu Nin: Su evolución
política (1911-1937), Madrid-Bilbao 1972, pág. 100-114.
(2) El camino hacia Moscú y el proceso del congreso han
sido descritos posteriormente por Maurín, en el epílogo de su libro Revolución y contrarrevolución en España,
Paris 1966, pág. 255-265.
(3)
Tal como lo explicó el
anarcosindicalista alemán Agustin Souchy en sus memorias ‘Atención: anarquista’.
Una vida para la libertad (Grafenau 1985, pág. 95 y sig.), esto fue
posible, no en último lugar, gracias a los medios económicos que les entregó y
que fueron recaudados por los anarcosindicalistas suecos para la CNT. Una
ironía de la historia, ya que los sindicalistas suecos y alemanes pertenecían
al grupo de los más decididos opositores a la colaboración con Moscú.
(4) Como
actas del congreso se publicaron durante su celebración dieciséis boletines (en
ruso, francés y alemán) que citaban tanto las conferencias como las
resoluciones. Después del congreso, algunos participantes publicaron informes.
Así también la delegación danesa ('La delegación de la CNT en Rusia' en:
Lucha social, mayo–agosto 1922). Una descripción detallada se
encuentra en Albert Resis, The Profintern, Origins to 1923,
disertación, Columbia University New York 1964, pág. 133-228, y en Wayne
Thorpe, The Workers Themselves, Revolutionary Syndicalism and Labour,
1913-1023, Dordrecht 1989, pág. 181-194.
Profintern
(5) Véase, en relación con este tema, la
declaración que hizo Andrés Nin en 1937 durante los interrogatorios del
servicio secreto soviético, publicada p. ej. en: El proceso del P.O.U.M. Documentos
judiciales y policiales, Barcelona 1989, pág. 18-28.
(6) El papel que jugó Nin para la creación del movimiento
sindical comunista en Latinoamérica es mencionado varias veces por el
historiador polaco Aleksander Kochanski en su trabajo "El sindicalismo latinoamericano:
Materiales del archivo moscovita de la Internacional Sindical Roja",
en: Estudios latinoamericanos, n.º 11, 1988, pág. 249-295.
Lamentablemente Kochanski, también autor de una descripción general de la ISR
en lengua polaca, no profundiza en detalles, a pesar de que viera los
materiales correspondientes en el archivo de la ISR.
(7) Las actas de este congreso parecen haber sido
publicadas solamente en ruso. Un resumen se encuentra en Resis, The
Profintern, pág. 281-332.
(8) Su ponencia se publicó, junto con otras
contribuciones a la discusión sobre las relaciones entre la ISR y la
Internacional Comunista, como folleto en francés y en alemán.
(9)
Compárese František Svátek, The Governing Organs of the Communist
Internacional: their growth and compositions. 1919-1943, en History of Socialism
Yearbook, 1969, pág. 179-226, aquí pág. 230.
(10) En todo caso, esta es la fecha que
indica la biografía oficial del Malaja encyklopedija po meždunarodnomu
profdviženiju (Pequeña enciclopedia sobre el movimiento sindical
internacional), editado por la ISR, Moscú 1927, columnas 1296-1298.
(11)
Véase František Svátek, The Governing Organs, pág. 230.
(12) Aparte de la publicación de las
actas —editadas en alemán y en ruso— también se editó en forma de folleto en ruso
y en inglés, con un epílogo del que más tarde fuera el líder del PC americano
Earl Browder.
(13)
Se conoce la fecha de su
viaje por las indicaciones en Declaración de Andrés Nin, pág. 26. Pero hasta
ahora el viaje no ha sido considerado en la historiografía del comunismo
italiano. No lo mencionan ni Spriano en su monumental Storia del
Partito comunista italiano, ni Cesar Pillon en la actualmente única
descripción del trabajo sindical comunista (I comunisti e il sindacato,
Milano 1972). Solamente en Tommaso Detti (Serrati e la formazione del
Partito comunista italiano. Storia della frazione terzinternationalista
1921-1924, Roma 1972, pág. 418, hay una breve mención.
(14) Esto lo escribió en un artículo
de La Batalla del 21.1.1937 "Nunca olvidaré aquel trágico 21 de enero", impreso de nuevo en
Andreu Nin: La revolución española, Barcelona 1978, pág. 311-313.
Nunca olvidaré aquel trágico 21 de
enero (1)
Nunca
olvidaré aquel trágico 21 de enero, en que, en el crepúsculo de una de esas
doradas tardes romanas, únicos en el mundo, llegó a mis oídos, anunciada por los
vendedores de periódicos, la terrible noticia.
Ni yo ni los
camaradas del Comité Central del Partido Comunista Italiano que estaban
conmigo, nos resignábamos a aceptar la dolorosa realidad. La víspera de mí
salida de Moscú para Italia, donde me dirigía en cumplimiento en una misión
confiada por la Internacional, había hablado con uno de los médicos que
atendían a Vladimir Illich. Su impresión era optimista. El estado del enfermo
era delicado, pero “el viejo”- como se le llamaba familiarmente en el Partido-
era un hombre excepcional y curaría, aunque no fuera más que por su
extraordinaria fuerza de voluntad, ¡Con qué afán, con qué ardiente esperanza
nos aferrábamos a esa impresión optimista, fruto exclusivo del inmenso deseo de
que Lenin viviera, de que no nos abandonara en unos momentos en que cernían
graves peligros que sólo él podía conjurar sobre la Revolución!
(1)Aunque se aparte del carácter de los
artículos de Nin compendiados en el presente volumen, este breve trabajo tiene
un valor testimonial indudable: en plena revolución española. Nin rememora la
muerte de Lenin en enero de 1924 y el conocimiento que tuvo de ella cuando se
hallaba en la Italia fascista en misión clandestina de la Internacional Comunista,
trabajando estrechamente con militantes del Partido Comunista Italiano; y, como
profundo colaborador en las tareas de la construcción del socialismo en Rusia,
destaca los peligros, plenamente confirmados más tarde, que se cernían sobre la
revolución rusa publicado en “La Batalla”, nº 148, 21 de enero de 1937.
La noticia,
voceada por las calles de Roma, venía a echar abajo todas nuestras ilusiones.
Nos lanzamos ávidamente sobre el periódico. No, no podía ser. Se trataría de un
rumor sin fundamento. No era la primera vez que la prensa anunciaba la muerte
del gran jefe de la Revolución rusa. Pero la noticia estaba allí, en primera
página, encabezada con grandes titulares, y con la firma de una agencia de información
solvente.
Sin embargo,
no nos dábamos, no queríamos darnos por convencidos. Y mandamos un camarada
poco conocido a la embajada soviética- hacía poco que la Italia fascista había
reconocido oficialmente a la URSS- en busca de información. El emisario, a
quien esperábamos angustiados, no tardó en volver. No era preciso preguntarle
nada. La profunda tristeza reflejada en su rostro hablaba por él. No cabe la
menor duda: Lenin, efectivamente, había muerto. Inclinamos la cabeza
anonadados, y las lágrimas asomaron a nuestros ojos. Lenin el hombre más
querido y más odiado del mundo, había dejado de existir. Rusia y el
proletariado internacional acababan de perder a su guía genial. Al hombre que
con su poderosa intuición, había impreso un formidable impulso a la historia y
obtenido la primera gran victoria para la clase trabajadora. ¿Qué sería de la
Revolución rusa? ¿Qué sería del proletariado internacional? Sombríos
presentimiento entenebrecían nuestro espíritu. No nos comunicábamos en voz alta
nuestros pensamientos, pero una misma preocupación, embargaba el ánimo de
aquellos revolucionarios. Todos habían formado en la vanguardia del comunismo
de los tiempos heroicos. Todos habían contribuido con entusiasmo a la fundación
de la Tercera Internacional. Hoy, ningún de ellos forma en sus filas, de las
cuales han sido expulsados, mientras los reformistas de toda laya les tratan de
contrarrevolucionarios….
Los que hoy
usan el nombre glorioso de Lenin para cubrir la averiada mercancía de su
reformismo podrido no pueden comprender nuestro profundo, nuestro inolvidable dolor!
Cómo pueden comprenderlo unos hombres que teníamos entonces al otro lado de la
barricada, y que siguen hoy allí para combatir a los que permanecemos
inquebrantablemente fieles a la doctrina del gran revolucionario! ¡Cómo pueden
comprenderlo los que no han tenido nunca contacto directo con Lenin, que no lo
han conocido más que a través de sus falsificadores!
Nuestros
tristes presentimientos de aquel doloroso e inolvidable atardecer de enero han
tenido posteriormente una trágica confirmación. La muerte de Lenin facilitó el
ascenso de la burocracia que, al amparo del retroceso de la Revolución mundial,
ha desnaturalizado progresivamente las gloriosas conquistas de octubre, ha
llevado a la clase obrera de derrota en derrota en todos los países, ha
conducido la Internacional Comunista a las posiciones reformistas y social-
patrióticas como reacción contra las cuales ésta surgió en 1919, está procediendo
al exterminio físico de toda la vieja guardia bolchevique y prepara
metódicamente la “unión sagrada” para la nueva guerra imperialista que se
aproxima. Inmensa es la tarea que se ofrece a los verdaderos revolucionarios
históricos en que viven. Pero el ejemplo de Lenin nos reconforta y nos anima.
El entusiasmo con que, veinte años atrás, saludamos a la Revolución rusa-
aurora de la Revolución mundial- se mantiene hoy vivo en nuestro pecho, como
entonces, y la fe inicial con que nos lanzamos a luchar por el comunismo no nos
ha abandonado ni nos abandonará jamás. Nuevas y duras pruebas nos aguardan;
pero forjados en el yunque de la Revolución de octubre, educados en las grandes
luchas proletarias de este último cuarto de siglo, no nos arredraremos ante
ningún dificultad, no vacilaremos ante ningún obstáculos, y fieles al espíritu
del gran revolucionario, cuya muerte conmemoramos hoy, consagraremos hasta
nuestro último aliento a la causa inmortal del socialismo, movidos como Lenin,
por un santo odio por el régimen capitalista y una confianza infinita en la
clase trabajadora.
(15) El fondo 534 en el antiguo archivo
central de la KPdSU, actualmente Rossijskij centr chranenija i izu?enija
documentov novejšej istorii (Centro ruso de conservación y estudio de
documentos de la historia moderna).
(16) En Las organizaciones
obreras internacionales, pág. 130, 138 y sig., caracteriza brevemente
las tendencias dentro de la ISR y menciona la anécdota de que, durante una
reunión al margen del III Congreso de la ISR en el año 1924, había discutido
con Tomsky. Aquel había atribuido las protestas que siguieron a su discurso al
hecho de que la traducción fuera errónea. Pero Nin le contestaba que, ya que
dominaba el idioma ruso, sabría que no existía ninguna traducción errónea.
(17) La declaración de Nin "Chacun à sa place!"
se encuentra p. ej. en Correspondance internacionale, no. 48,
6.5.1925, pág. 383. (En el n.º 75, 25.7.1925, pág. 609, seguía una breve
noticia de la redacción, comunicando que había recibido un comentario de dos
compañeros españoles, pero que, en vez de publicarlo, lo quería hacer llegar a
los gremios competentes de la Internacional Comunista. Ya que no se dijo nada
respecto al contenido, se puede suponer que se dudaba de la
"sinceridad" de la retracción de Nin.) Las memorias de los dos
comunistas españoles son: José Bullejos, La Comintern en España.
Recuerdos de mi vida, México 1972, pág. 60-62, y Julián Gorkin, El
revolucionario profesional. Testimonio de un hombre de acción, Barcelona
1975, pág. 137-141, 165 y sig.
(18)
Andrej Nin. "Vyslan Stalinym i arestovan Berengerom" (Andreu Nin.
Exiliat per Stalin i arrestat per Berenguer) en: Bjulleten' oppozicii,
n.º 19, marzo 1931, pág. 35.
(19)
Referente al NAS véase Erik Hansen - Peter A. Prosper, Jr., "The Nationaal
Arbeids-Secretariaat between Two Wars. Revolutionary Syndicalism in the
Nederlands, 1919-1940, en: Histoire sociale - Social History, n.º
27, mayo 1981, pág. 197-218. Acerca de las diferencias dentro del NAS, véase también Volkers Bultsma -
Evert van der Tuin, Het Nederlandsch Szndicalistisch Vakverband
1923-1940, Amsterdam, pág. 24-39. Sobre el congreso, el NAS publicó un
folleto que documentaba las conferencias de Sneevliet, Nin y de los
representantes de los sindicatos comunistas ingleses en Belanggrijke
rede vrevingen van het N.A.S. congres December 1925, Amsterdam 1926.
(20)
Vénase las dos biografías: Fritjof Tichelman, Henk Sneevliet, Paris
1988; Max Perthus, Henk Sneevliet. Revolutionair-socialist in Europa en Azië, Nijmegen 1976. (Sneevliet fue
fusilado por los nazis en 1942, durante la resistencia.).
(21) Véase "Declaración de Andrés
Nin", pág. 26 y la noticia en la prensa del CGTU "Va-t-on liberér
Andrés Nin?", en La vie ouvrière, no. 349, 29.1.1926. Acerca de
la posible aceptación en la dirección de exilio del PCE véase Pelai
Pagès, Historia del Partido Comunista de España. Desde su fundación
en abril de 1920 hasta el final de la Dictadura de Primo de Rivera, enero de
1930, Barcelona 1978, pág. 98.
(22) La aparición de Nin está documentada
en las actas, publicadas en ruso y en alemán.
(23) Nin no
describió su relación con Losovsky en Las organizaciones obreras
internacionales. Sólo lo caracteriza con las siguientes palabras que hablan
por sí mismas: "Losovsky ... ha realizado el milagro de permanecer
inquebrantablemente en su puesto, mientras todos los organismos soviéticos e
internacionales han sido renovados varias veces radicalmente en el transcurso
de estos últimos años" (pág. 87). Losovsky sirvió fielmente a Stalin
durante varias décadas, pero como supuesto sionista fue víctima de la última
purga antisemítica por parte de Stalin en el año 1952. Véase el estenograma de
la reunión procedente del antiguo archivo del KPdSU, publicado en Ju. T.
Tuto?kin - F.I. Firsov, U vas gotov i prigovor. Kak Trockogo iskjucall iz
Kominterna, en: Ote?estvennyje archivy, n. 1, 1992, pág.
76-88, aquí pág. 81.
(24) Pág. 180. El comunista francés y
simpatizante de la oposición Pierre Pascal relata en sus memorias (Russie
1927. Mon Journal de Russie, Lausanne 1982, pág. 189) que cuando Nin había
vuelto de China a principios de septiembre, le preguntó a Losovsky qué pensaba
de la consigna de los sóviets para China. (Esta había sido emitida por Stalin,
pero Losovsky todavía no lo sabía.) Él le contestó: "Ce serait une follie,
personne n'y songe, rien de réel..." . No hace falta destacar que Losovsky
luego siguiera fielmente incluso esta línea.
(25) Véanse las actas del cuarto congreso
de la Internacional Sindical Roja, celebrado en Moscú del 17 de marzo al 3 de
abril de 1928, pág. 179-185, 223 sig., 228-230, 235 sig., 338 sig.
(26) Véase David Alfaro Siqueiros, Me
llamaban el Coronelazo, México, D.F. 1977, pág. 236.
(27) Véase Alejandro Gálvez Cancino,
"Julio Antonio Mella: Un marxista revolucionario" en: Críticas
de la economía política, n.º 30 , 1986, pág. 101-151, aquí pág. 118, y
Robert J. Alexander, Trotskyism in Latin America, Stanford 1973,
pág. 217. Mella fue asesinado en 1929 en circunstancias actualmente no del todo
aclaradas. Posiblemente se trató de una acción estalinista debido a sus
simpatías trotsquistas. Se inculpó de este asesinato a Vittorio Vidall,
alias Comandante Contreras, quien más tarde participaría también en la guerra
civil española. Junco, uno de los encargados sindicales más importantes del PC
de Cuba, era uno de los organizadores del trotsquismo cubano. Aparentemente lo
asesinó un comando estalinista, pero cuando ya había roto con el trotsquismo.
(28) Perthus, Henk Sneevliet,
pág. 341.
(29) De hecho existió un participante
trotsquista en la reunión, el italiano Paolo Ravazzoli, quien había
reorganizado en secreto los sindicatos italianos abandonados por su dirección
reformista. Había sido elegido para la dirección de la ISR. A partir de
principios de 1930 se declaró seguidor de la oposición trotsquista, por lo que
la dirección del PCI de Tagliatti lo expulsó del partido y de los sindicatos.
Quiso recurrir al congreso de la ISR contra esta actuación, pero la dirección
de la ISR procuró que llegase de su exilio en Francia a la URSS tan tarde
—contrariamente a todos los demás delegados italianos— que ya no se
celebraban reuniones plenarias del congreso. Solamente pudo aparecer en una
comisión. Véanse los informes que publicó sobre este asunto el periódico de los
trotsquistas franceses La Vérité en verano de
1930.
Edición
digital de la Fundación Andreu Nin, septiembre 2003
Reiner Tosstorff. Andreu Nin como líder del POUM.
Reiner Tosstorff. El POUM en la ilegalidad bajo Negrín
Reiner
Tosstorff
Frecuentemente recibo preguntas por mi tesis doctoral sobre la historia del POUM en la guerra civil española. Fue aceptada por la universidad alemana de Bochum en 1986 y un año después publicada por la editorial ISP de Frankfurt en alemán: Die POUM im spanischen Bürgerkrieg.
Lamentablemente no logré encontrar una
editorial en España que quisiera correr el riesgo traducirla al castellano, así
que hasta ahora la única manera de consultarla es su versión original. Si bien
una parte muy reducida sirvió para mi artículo sobre “Nin como dirigente del
POUM”. De todos modos también es posible consultar el libro en algunas
bibliotecas en el estado español, como, p. ej., en la Biblioteca de Cataluña
(Barcelona) y en algunas bibliotecas universitarias de Cataluña. Además el
Centre d’Estudis Històrics Internacionals de la Universitat de Barcelona tiene
un ejemplar de la tesis donde las citas están en el idioma original
(mayotariamente de fuentes en castellano o catalán).
Para informar sobre el contenido incluyo una
traducción del índice. El libro se basa principalmente en la prensa del POUM,
en algunas entrevistas con antiguos militantes y en material de algunos
archivos. Ya que, como es sabido, el archivo propio del POUM fue robado por la
GPU, utilicé material de organizaciones y militantes que de una u otra manera
tenían contactos con el POUM. Como, p. ej., de Willy Brandt, de Trotski, los
militantes revolucionarios norteamericanos Hugo Oehler y Russel Blackwell
(Rosalio Negrete), del KPO (grupo de Brandler y Thalheimer etc.).
Índice del libro
Prefacio
1. El desarrollo del comunismo español entre 1920 y 1934: Orígenes, estalinización y formación de grupos de oposición comunista
1.1. Desarrollo capitalista y movimiento obrero en España
1.2. El comunismo español en los años veinte
1.3. La fundación de la sección española de la Oposición Internacional de Izquierda
1.4. De la FCCB al BOC
1.5. La Izquierda Comunista
2. De la revolución derrotada hacia la formación del partido revolucionario
2.1. La alianza obrera: ¿Frente único en España?
2.2. Octubre de 1934: La revolución fracasada y derrotada
2.3. ICE y BOC hacen balance
2.4. La discusión en Cataluña por la construcción de un partido revolucionario unificado
2.5. La ICE contra el ‘entrismo’: ¿ruptura con el movimiento trotsquista internacional?
2.6. La formación del POUM: Su base política y organizativa
2.7. Rechazo de la fusión dentro del BOC: La facción Colomer - Estivill
2.8. Ninguna unificación con el ala izquierda de los socialistas
3. De las elecciones del frente popular hacia el golpe military: España en una situación prerrevolucionaria
3.1. Las elecciones en el febrero de 1936: La relación del POUM con el pacto del frente popular
3.2. La ruptura entre Trotsky y el POUM
3.3. El desarrollo del POUM de febrero de 1936 a 19 de julio
3.4. Una federación sindical del POUM: La formación de la FOUS
4. Después del 19 de Julio: El POUM y la organización de la revolución
4.1. El golpe militar provoca la revolución
4.2. El doble poder en Cataluña: El Comité Central de la Milicias Antifascistas
4.3. El POUM en la revolución: Julio de 1936
4.4. El POUM en la revolución: Agosto - Septiembre de 1936
4.4.1. El POUM por un gobierno obrero
4.4.2. La disolución de la FOUS
4.4.3. La relación internacional de fuerzas contra la revolución
4.4.4. Las organizaciones obreras forman parte de los gobiernos de Madrid y Barcelona
4.5. El POUM en el gobierno catalán: Septiembre – diciembre de 1936
4.5.1. La política del gobierno catalán: Anulación del doble poder y canalización de la revolución
4.5.2. Nin como ministro de justicia
4.5.3. La CNT: Frentepopulismo en lugar de una alianza revolucionaria con el POUM
4.5.4. La ofensiva estalinista contra el POUM
4.5.5. El comienzo de las exclusiones en la UGT catalana
4.5.6. El POUM es expulsado del gobierno catalán
4.6. El comité central de diciembre de 1936: Un primer balance interior
5. De la expulsión del gobierno hasta la ilegalización del POUM: La contrarrevolución estalinista
5.1. De la supresión de la situación revolucionaria hacia la preparación de la provocación: El POUM desde diciembre de 1936 hasta abril de 1937
5.1.1. El POUM: ¿sin protección contra la calumnia?
5.1.2. El ataque contra las conquistas ‘legalizadas’ de la revolución
5.1.3. El ataque contra el POUM: Aumento de expulsiones sindicales y primeras medidas de prohibición
5.1.4. Confrontaciones dentro del PSOE y oposición revolucionaria dentro del anarquismo: ¿Un reagrupamiento del movimiento obrero?
5.1.5. ¿Un frente único revolucionario CNT-POUM?
5.2. Los días de mayo en Barcelona
5.2.1. Hacia la confrontación: preparación y primeros tropiezos
5.2.2. El preludio de la lucha en Barcelona: La ocupación de la Telefónica por fuerzas gubernamentales
5.2.3. El curso de la lucha en Barcelona del 3 al 7 de mayo: Entre la caída de la Generalitat y la autolimitación anarquista
5.2.4. Los días de mayo en el frente
5.2.5. Los días de mayo en la provincia catalana
5.2.6. Los días de mayo – ¿una provocación? Entre mitos de la propaganda estalinista y valoración histórica
5.2.7. La discusión en el POUM después de las luchas: Justificación del CC y críticas internas
5.3. El POUM en la defensiva: Mayo – junio de 1937
5.4. El POUM ante su congreso: ¿Hacia una confrontación interna?
5.4.1. De la heterogeneidad a la formación de alas
5.4.2. Ala derecha
5.4.3. … y izquierda
5.4.4. La dirección del partido y la preparación del congreso
5.4.5. Las discusiones preparatorias
6. El POUM y la revolución social 1936/37
6.1. El POUM y las colectivizaciones en la industria
6.2. El POUM y las colectivizaciones en el campo
6.3. La política militar del POUM: ¿Un ‘ejército rojo’ en España?
6.3.1. Concepciones del POUM de un ejército revolucionario contra el ejército popular republicano-comunista.
6.3.2. La columna del POUM en el frente de Aragón
6.3.3. Las milicias del POUM fuera de Cataluña
7. El POUM: ¿eje de una nueva internacional?
7.1. La revolución española – punto de partida de una nueva internacional
7.2. El POUM recibe solidaridad internacional: ayuda material y voluntarios internacionales
7.3. La propaganda internacional del POUM
7.4. De la conferencia de Bruselas hasta el conflicto con el SAP: El POUM entre el Buró de Londres
7.5. … y los grupos revolucionarios independientes
7.6. El POUM y el trotsquismo
8. El POUM perseguido por el gobierno frentepopulista de Negrín
8.1. La represion contra el POUM: instigadores, víctimas y solidaridad
8.2. La legalización de la represión contra el POUM: su expulsion de sus últimas posiciones legales
8.3. Las actividades clandestinas del POUM: La linea política y las discusiones internas
8.4. Un proceso de Moscú en España
8.5. La huida
9. El POUM después de 1939: hacia la disolución
9.1. El exilio del POUM en la vigília de la guerra mundial: Entre la emigración a América Latina y la confrontación interna
9.2. El POUM y los intentos de continuar el socialismo internacional de izquierdas 1939/40: El FOI y el CMRI
9.3. La emigración del POUM durante la segunda guerra mundial: participación en la resistencia y profundización de la lucha fraccional
9.4. Reanudando el trabajo en España
9.5. La escisión 1945/46
9.6. ¿Caída del franquismo? El surgimiento de la lucha antifranquista
9.7.De la derrota en España hacia una organización exclusiva en el exilio: La via hacia la auto-disolución
10. Epílogo
1. El desarrollo del comunismo español entre 1920 y 1934: Orígenes, estalinización y formación de grupos de oposición comunista
1.1. Desarrollo capitalista y movimiento obrero en España
1.2. El comunismo español en los años veinte
1.3. La fundación de la sección española de la Oposición Internacional de Izquierda
1.4. De la FCCB al BOC
1.5. La Izquierda Comunista
2. De la revolución derrotada hacia la formación del partido revolucionario
2.1. La alianza obrera: ¿Frente único en España?
2.2. Octubre de 1934: La revolución fracasada y derrotada
2.3. ICE y BOC hacen balance
2.4. La discusión en Cataluña por la construcción de un partido revolucionario unificado
2.5. La ICE contra el ‘entrismo’: ¿ruptura con el movimiento trotsquista internacional?
2.6. La formación del POUM: Su base política y organizativa
2.7. Rechazo de la fusión dentro del BOC: La facción Colomer - Estivill
2.8. Ninguna unificación con el ala izquierda de los socialistas
3. De las elecciones del frente popular hacia el golpe military: España en una situación prerrevolucionaria
3.1. Las elecciones en el febrero de 1936: La relación del POUM con el pacto del frente popular
3.2. La ruptura entre Trotsky y el POUM
3.3. El desarrollo del POUM de febrero de 1936 a 19 de julio
3.4. Una federación sindical del POUM: La formación de la FOUS
4. Después del 19 de Julio: El POUM y la organización de la revolución
4.1. El golpe militar provoca la revolución
4.2. El doble poder en Cataluña: El Comité Central de la Milicias Antifascistas
4.3. El POUM en la revolución: Julio de 1936
4.4. El POUM en la revolución: Agosto - Septiembre de 1936
4.4.1. El POUM por un gobierno obrero
4.4.2. La disolución de la FOUS
4.4.3. La relación internacional de fuerzas contra la revolución
4.4.4. Las organizaciones obreras forman parte de los gobiernos de Madrid y Barcelona
4.5. El POUM en el gobierno catalán: Septiembre – diciembre de 1936
4.5.1. La política del gobierno catalán: Anulación del doble poder y canalización de la revolución
4.5.2. Nin como ministro de justicia
4.5.3. La CNT: Frentepopulismo en lugar de una alianza revolucionaria con el POUM
4.5.4. La ofensiva estalinista contra el POUM
4.5.5. El comienzo de las exclusiones en la UGT catalana
4.5.6. El POUM es expulsado del gobierno catalán
4.6. El comité central de diciembre de 1936: Un primer balance interior
5. De la expulsión del gobierno hasta la ilegalización del POUM: La contrarrevolución estalinista
5.1. De la supresión de la situación revolucionaria hacia la preparación de la provocación: El POUM desde diciembre de 1936 hasta abril de 1937
5.1.1. El POUM: ¿sin protección contra la calumnia?
5.1.2. El ataque contra las conquistas ‘legalizadas’ de la revolución
5.1.3. El ataque contra el POUM: Aumento de expulsiones sindicales y primeras medidas de prohibición
5.1.4. Confrontaciones dentro del PSOE y oposición revolucionaria dentro del anarquismo: ¿Un reagrupamiento del movimiento obrero?
5.1.5. ¿Un frente único revolucionario CNT-POUM?
5.2. Los días de mayo en Barcelona
5.2.1. Hacia la confrontación: preparación y primeros tropiezos
5.2.2. El preludio de la lucha en Barcelona: La ocupación de la Telefónica por fuerzas gubernamentales
5.2.3. El curso de la lucha en Barcelona del 3 al 7 de mayo: Entre la caída de la Generalitat y la autolimitación anarquista
5.2.4. Los días de mayo en el frente
5.2.5. Los días de mayo en la provincia catalana
5.2.6. Los días de mayo – ¿una provocación? Entre mitos de la propaganda estalinista y valoración histórica
5.2.7. La discusión en el POUM después de las luchas: Justificación del CC y críticas internas
5.3. El POUM en la defensiva: Mayo – junio de 1937
5.4. El POUM ante su congreso: ¿Hacia una confrontación interna?
5.4.1. De la heterogeneidad a la formación de alas
5.4.2. Ala derecha
5.4.3. … y izquierda
5.4.4. La dirección del partido y la preparación del congreso
5.4.5. Las discusiones preparatorias
6. El POUM y la revolución social 1936/37
6.1. El POUM y las colectivizaciones en la industria
6.2. El POUM y las colectivizaciones en el campo
6.3. La política militar del POUM: ¿Un ‘ejército rojo’ en España?
6.3.1. Concepciones del POUM de un ejército revolucionario contra el ejército popular republicano-comunista.
6.3.2. La columna del POUM en el frente de Aragón
6.3.3. Las milicias del POUM fuera de Cataluña
7. El POUM: ¿eje de una nueva internacional?
7.1. La revolución española – punto de partida de una nueva internacional
7.2. El POUM recibe solidaridad internacional: ayuda material y voluntarios internacionales
7.3. La propaganda internacional del POUM
7.4. De la conferencia de Bruselas hasta el conflicto con el SAP: El POUM entre el Buró de Londres
7.5. … y los grupos revolucionarios independientes
7.6. El POUM y el trotsquismo
8. El POUM perseguido por el gobierno frentepopulista de Negrín
8.1. La represion contra el POUM: instigadores, víctimas y solidaridad
8.2. La legalización de la represión contra el POUM: su expulsion de sus últimas posiciones legales
8.3. Las actividades clandestinas del POUM: La linea política y las discusiones internas
8.4. Un proceso de Moscú en España
8.5. La huida
9. El POUM después de 1939: hacia la disolución
9.1. El exilio del POUM en la vigília de la guerra mundial: Entre la emigración a América Latina y la confrontación interna
9.2. El POUM y los intentos de continuar el socialismo internacional de izquierdas 1939/40: El FOI y el CMRI
9.3. La emigración del POUM durante la segunda guerra mundial: participación en la resistencia y profundización de la lucha fraccional
9.4. Reanudando el trabajo en España
9.5. La escisión 1945/46
9.6. ¿Caída del franquismo? El surgimiento de la lucha antifranquista
9.7.De la derrota en España hacia una organización exclusiva en el exilio: La via hacia la auto-disolución
10. Epílogo
Edición digital de la Fundación Andreu Nin,
julio 2004
La
Internacional Comunista y la Internacional Sindical Roja
III CONGRESO DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA (22 de junio-12 de julio de
1921)
Vida, obra y muerte de Andreu Nin
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