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“La
Batalla”, 5 de marzo de 1937
Lenin decía
a veces, que la burguesía es, desgraciadamente, demasiado inteligente para que
se pueda engañar con facilidad. Además, ésta tiene una larga experiencia
política que le da grandes ventajas para maniobrar y para saber a qué atenerse
respecto a lo que más conviene a sus intereses en cada momento. Para engañar a
alguien, en el terreno particular, es preciso que el engaño esté dispuesto a
ello por ser tonto de capirote. Idénticamente sucede en el aspecto político. No
vale el proponernos hacer incurrir en engaño a nuestro enemigo de clase, para
que éste pique en el anzuelo que le tenemos.
Los que
quieren arrogarse oficialmente el título de herederos políticos de Lenin,
parten del principio, con frecuencia, de que ellos son los más hábiles
políticos, expertos en la estrategia de la combinación táctica, y que por ello
pueden fácilmente llevar a cabo, con probabilidades de que prosperen, toda
clase de maniobras y engaños. Durante el período ultraizquierdista del comunismo español, éste erigió en sistema
el procedimiento de tratar de engañar, no sólo a la burguesía, sino también a
las otras fracciones obreras. Ahora, en este período de democratismo frentepopulista, aunque al
servicio de diferentes principios, siguen poniendo en práctica idénticos
procedimientos. Desde que comenzó la revolución, la táctica de los stalinistas
ha consistido casi exclusivamente, en un constante buscar la manera de cómo
engañar a los demás.
Claro está,
en su conducta actúan dos factores. Se intenta, por un lado, el ver si aciertan
a engañar a la burguesía para aprovechar su ayuda en la realización de una
política que no es la clasista del proletariado. Pero, al mismo tiempo, se le explica
íntimamente al proletariado que se persigue así únicamente engañar a la
burguesía, De esta manera quieren ocultar a la clase trabajadora toda la
claudicación del stalinismo.
Queremos,
principalmente, referirnos a un caso concreto. En casi todo Aragón
antifascista, y en algunas partes de Cataluña, el P.S.U. C. (como evidenció en
la manifestación del domingo pasado) quiere que únicamente se exhiba en los
locales sociales e incluso en los autos, la bandera republicana tricolor. Se prohíbe que ondee la bandera
roja y hasta se obliga en algunos sitios a quitarla de
los automóviles.
La cosa no
puede cogernos de asombro, cuando en la Prensa comunista extranjera se comienza
a suprimir de las cabeceras de los periódicos la hoz
y el martillo, que son los símbolos del comunismo; cuando en
Francia es la bandera “nacional” la que preside ahora los actos comunistas;
cuando se hacen llamamientos en Italia a los fascistas; cuando en Rusia se han
liquidado tantos símbolos de la Revolución y, en cambio, se han establecido
viejas costumbre del régimen zarista.
Sin embargo,
el intento criminal de prescindir de la bandera roja en España, en plena
revolución esencialmente proletaria por la composición de la gran mayoría de
los combatientes, tiene una mayor gravedad política, que es necesario destacar.
Sobre todo en los primeros meses de la revolución, era casi una cosa extraña
encontrar una bandera republicana en Madrid y Barcelona. La bandera roja
flameaba en todos los edificios en todos los automóviles, en las mangas de la
americana, en los ojales de la solapa. Esto quería decir en el lenguaje gráfico
político, que el proletariado, que ha elegido el rojo de su bandera en recuerdo
a la sangre vertida por la clase trabajadora en lucha por su liberación (como
los anarquistas tienen la roja y negra como símbolo de duelo por los muertos y
de sangre por los sacrificados), había llevado a cabo una revolución en la que él era la clase hegemónica
en el desarrollo de los acontecimientos. Los
pequeñosburgueses democráticos, aterrorizados por la importancia de la
lucha, ni siquiera acertaban a reivindicar
su bandera, ni la tricolor, ni la de las barras, porque se sentían
políticamente desplazados en absoluto.
Si hoy
comienza a arrebatarse la bandera roja, no es meramente un capricho o una
muestra de mal humor. Ni siquiera se persigue con ello el propósito, que es la
explicación íntima que alegan los propugnadores de la medida, de dar la sensación
a las potencias democráticas extranjeras de que nos limitamos a defender la
República salida de las elecciones genérale del 16 de febrero.
Es sencillamente porque la contrarrevolución avanza, teniendo como fuerza de
choque activa a los comunistas oficiales y a sus seguidores de otros campos.
Esta es la aplicación política, y no ninguna otra como algunos quieren hacer
creer.
Por esto se
comprenderá perfectamente que no se trata meramente de una simple disputa sobre
el colorido de las banderas. Por eso también se comprenderá que nosotros no estemos
dispuestos, a no ser por la coacción de una fuerza bruta superior, a arriar de
ningún local o sitio la bandera roja de la revolución proletaria, pensando en
la cual, e incluso abrazados a ella, han muerto tantos de los nuestros.
Conserva el privilegio de flamear la bandera roja, significa permanecer fieles
y leales a tantos camaradas, no sólo de España, sino de todos los países, como
han luchado bajo sus pliegues.
Lo más
desconcertante del caso es que muchos camaradas anarquistas, los sin patria,
pero seguramente de la última hornada, se han dedicado con gran violencia,
sobre todo en Aragón, a cumplir las instrucciones de que sean suprimidas todas
las banderas rojas.
[Libro] Juan
Andrade (1897-1981) Vida y voz de un revolucionario. Documentos
complementarios.
La
bandera nacional ondeará en los actos del Partido Comunista de España
Secretario
general, Santiago Carrillo
“Por 169
votos a favor, ninguno en contra y once abstenciones, el comité central
ampliado del Partido Comunista de España ha tomado el acuerdo de colocar la
bandera bicolor del Estado español, en todos sus actos, al lado, de la bandera
comunista. Una bandera roja y gualda de grandes dimensiones estaba situada
ayer, efectivamente, en la sala de la reunión. Esta decisión, unida a la
promesa de apoyo a la Monarquía si ésta avanza hacia las libertades y a la
defensa de la unidad de la Patria, constituyen los puntos más sobresalientes de
las resoluciones adoptadas por el citado órgano del PCE tras dos días de
reunión en Madrid.”
“«Si la
Monarquía continúa obrando de manera decidida para restablecer la democracia,
en unas próximas Cortes nuestro partido podría considerar la Monarquía como el
régimen constitucional democrático. Si no fuera así, no tendríamos ningún
compromiso en ese sentido. Hemos defendido la República, y las ideas de nuestro
partido son republicanas; pero hoy, la opción no es entre Monarquía
o República, sino entre dictadura o democracia.»”
Juan
Andrade. El " concepto nacional" del [libro] La Revolución Española,
día a día (1936-1937)
Libro Juan Andrade, La revolución
española día a día. Edita: Editorial Nueva era y publicaciones trazo.
ÍNDICE
NOTAS
POLITICA DIARIAS
La verdad
significación de la reunión del parlamento 19
A pesar de
la revolución persiste la vieja burocracia 23
El mando
único y el control político de las milicias combatientes 25
Se ha
reunido el Parlamento del 16 de febrero 27
Para los
militantes comunistas sólo deberes sin derechos. 31
La unidad
sindical es ahora más posible que nunca 33
El problema
de los evacuados y el problema de estos 35
La
significación del mitin del Gran Price 39
Sobre las
alusiones frecuentes a un gobierno fuerte 41
Sigue
planteado el problema del mando único 43
Los
camaradas extranjeros en la Revolución Española 45
El “calumnia
que algo queda”, o una táctica desacreditada. 49
La propuesta
de armisticio y el deseo de estrangular nuestra revolución 51
La actitud
de la CNT es la solución de la crisis 53
Acerca del
carácter y la significación del nuevo consejo de la Generalidad 55
La crisis de
la Generalidad y el movimiento revolucionario internacional
57
¿Es que las fracciones
obreras renuncian a la libertad de crítica? 59
Sobre la
educación política de los nuevos adherentes a las organizaciones
obreras 61
No se trata
de un prurito sino de un problema político 63
Llevar la
guerra hasta el fin significa ultimar la revolución social 65
La prensa
debe estar, exclusivamente, al servicio de los intereses
revolucionarios 67
Los nuevos
órganos de expresión revolucionaria y los parlamentos 73
Hay que
contener las actividades de los grupos incontrolados; pero también hay que
impulsar la revolución 75
El balance
del año 77
Las
aspiraciones políticas de los combatientes
79
Las
revoluciones ofrecen también sus peligros posteriores 81
Solidaridad
proletaria internacional en torno a nuestro partido 83
Las fuerzas
coactivas definen el carácter del régimen
85
La
intervención germano-italiana en España
87
Unidad
política y unidad sindical 89
Los demócratas
burgueses quieren sobrevivir 91
La calumnia
como arma burguesa 93
La admisión
de nuevos militantes en las organizaciones obreras 95
Por un nivel
de vida de guerra 99
Odios
imposibles 101
Los anarquistas
en la revolución 105
De la teoría
a la práctica anarcosindicalista 107
De la
comprensión a la acción 109
Contrarrépublica 111
Filtraciones
burguesas 113
Unidad
sindical 115
Se
intensifica la ofensiva 119
Jóvenes y
viejos 121
Voluntarios
extranjeros 123
Ambiente
valenciano 125
Artículo de
Prieto 127
Censura
“proletaria” 129
Ejemplo malagueño 131
Primer
paso 133
Ganar una
guerra 135
En torno a
Málaga 137
Posición
clara 139
Solidaridad
tácita 141
Más sobre
Málaga 143
Moral de
guerra 145
Unidad
sindical 147
Intervención
internacional 149
La guerra es
la guerra 151
Hegemonía
proletaria 153
Selección de
mandos 155
Actividad
militante 157
Aliados
naturales 159
Conjunción
revolucionaria 161
Defensa de
la revolución 163
Unificación
sindical 165
Hablar
claro 167
Absorción
intolerable 169
Imperialismo
partidista 171
¡Madrid,
Madrid! 173
Nuestra
bandera 175
Espíritu
gregario 177
Desaliento
fascista 179
Frente
revolucionario 181
Concepto de
responsabilidad 183
Revolución y
retaguardia 185
La columna
de hierro 187
¡Atención a
Madrid! 189
Ofensiva
italiana 191
El partido
en pie 193
Imperialismo
fraccional 195
Responsabilidad
revolucionaria 197
Reanimación
proletaria 199
Ocho
meses 201
Nacionalización
de extranjeros 203
Quinta
columna 207
Reivindicaciones
inmediatas 209
Saturación
fraccional 211
Partido y
sindicatos 213
Gobierno
fuerte 215
Discrepancias
socialcomunistas 217
Problemas
vitales 219
Ofensivas
económicas 221
Democracia
obrera 223
Continuamos
igual 225
Habla
Araquistain 227
Sondeos de
paz 229
Revolución o
contrarrevolución 231
Cuestiones
fundamentales 233
14 de
Abril 235
Frente
revolucionario 237
Disolución
significativa 239
Manifestaciones
contrarrevolucionarias 241
Pactos y
conductas 243
Respuesta
proletaria 245
“CNT-POUM” 247
Vigilancia
Revolucionaria 249
“La
Batalla”, 2 de mayo de 1937
COMENTARIOS
Lenin y
el Leninismo
La
composición social de los dirigentes fascistas 269
Solidaridad
criminal 271
Burócratas
satisfechos 273
La crisis
periódicas de la Generalidad 275
NOTAS 279
PROBLEMAS
DE LA REVOLUCION Y DEL MOVIMIENTO OBRERO
Lenin y la
guerra 285
Marxistas
revolucionarios y anarquistas en la Revolución Española 293
Algunos
capítulos del [Libro] El POUM en la historia (Andreu Nin y la revolución
española
Algunos
artículos del [Libro] La Nueva Era. Antología de una revista revolucionaria.
1930-36
Notas de
lectura del libro (El POUM: Revolución en la Guerra Civil Española) de
Wilebaldo Solano
¿Qué
significa Lerroux en la política española?, Andrés Nin
Revisita
Comunismo (1931-1934)
Introducción
del [libro] España Traicionada (Stalin y la guerra civil) Ronald Radosh, Mary
R. Haberck (eds)
POUM. La experiencia española 1939
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