Escrito: el 4 de abril 1902
Fuente de
esta edición: Traducción
del Mia.org en francés,
Traduccion: Carlos Guerrero, con cuyo
permiso aparece aquí.-
Transcripcion/html: Rodrigo Cisterna, Abril de
2014.-
Una pregunta táctica (4 de
abril de 1902)
Rosa
Luxemburg: La lucha contra el socialismo en Bélgica (febrero de 1895). Bélgica
(huelga de masas) parte I
Hace unos
años, cuando la cuestión de las alianzas con los partidos burgueses se había
convertido en tema de un debate particularmente animado en nuestras filas, los
partidarios de estas alianzas políticas han tenido el cuidado de referirse al
ejemplo del Partido obrero de Bélgica. Ellos pretendían que su alianza con
los liberales durante la larga lucha por el sufragio universal podría mostrar
cómo a veces coaliciones entre la socialdemocracia y la democracia burguesa
pueden ser necesarias y políticamente seguras (sin peligro).
Esta
demostración ya ha fracasado. Sólo los que no estaban al tanto de los
constantes cambios en las actitudes de los liberales y su repetida traición a
sus compañeros lucha proletaria no podía ser muy pesimista sobre el apoyo que
la democracia burguesa traería a la clase obrera. Los acuerdos de la última
conferencia del Partido socialdemócrata belga[*] ahora
ofrecemos una contribución muy importante para responder a esta pregunta.
Sabemos que
el proletariado belga se encuentra en un momento crucial en su batalla desde
hace quince años con tenacidad extrema por el sufragio universal. Él se está
preparando para un nuevo asalto contra el dominio de los clericales y sufragio
plural[**]. Bajo
la presión de la clase obrera resuelta una burguesía liberal en mal estado
reúne a sus fuerzas y tiende la mano a la socialdemocracia para una campaña conjunta.
El 18 de brumario de Luis Bonaparte Diciembre de 1851 y marzo de 1852
Pero esta
vez, la alianza llegó a concluirse, sobre la base del trueque: los liberales
renunciaban al voto plural y aceptaban el sufragio universal e igual (un
hombre, un voto). A cambio, los socialdemócratas aceptaban la inclusión de la
representación proporcional en la constitución y renunciaban a exigir el
derecho de las mujeres a votar y a utilizar métodos revolucionarios en la lucha
por el derecho al voto. La Federación de Bruselas del Partido obrero había ya
aceptado las condiciones impuestas por los liberales sobre estos puntos clave,
y la conferencia de Pascua de los socialdemócratas belgas formalizó este
compromiso político dando su acuerdo.
Está claro,
y este hecho es indiscutible, que el pacto, o más bien el compromiso alcanzado
con los liberales por los socialdemócratas llevó al abandono de una de las disposiciones
fundamentales de su programa. Por supuesto, los camaradas belgas aseguran que
no han dejado de lado la exigencia de los derechos de voto de las mujeres
"más que por el momento", y
que la reformularan una vez adquirido el sufragio universal para los hombres.
Sin embargo, para los socialdemócratas de todos los países, es una novedad
considerar su programa como un menú con platillos que solo se pueden disfrutar
uno después de otro. Incluso si una situación política en particular puede
llevar temporalmente al Partido obrero en cada país para hacer más por ciertos
objetivos de su programa que por otros, es más bien la totalidad de nuestro
programa quien permanente como fundamento de nuestra lucha política. Entre
poner temporalmente en segundo plano uno de los elementos del programa y
explícitamente renunciar a él, ni siquiera temporalmente, como precio para
alcanzar otra parte del programa, hay una distancia que separa la lucha basada
en los principios de la vida de la socialdemocracia de las manipulaciones
políticas de los partidos burgueses.
Este es el
sacrificio del derecho de las mujeres a votar en Bélgica que tenemos que hacer.
Si bien la resolución del Congreso de Bruselas es lacónica: "La revisión
constitucional se limitara al derecho de voto de los hombres." Sin
embargo, podemos esperar que los clericales introduzcan un proyecto de ley de
sufragio femenino en el curso de la revisión, para sembrar la discordia entre
los liberales y los socialdemócratas. La Resolución de Bruselas recomienda que
en este caso los representantes del Partido Obrero "frustren esta maniobra
y mantengan la alianza con los partidarios del sufragio universal."
Claramente, esto significa que deberán votar ¡en contra del derecho de las
mujeres a votar!
Ciertamente,
no es bueno solo tener los principios fundamentales, y no podemos imaginar que
se exija al Partido Obrero renunciar a avances concretos inminente en el nombre
de un esquema programático abstracto. Pero, como siempre, los principios se
sacrifican aquí por ilusiones, y no para un progreso concreto, real. Si se mira
de cerca, parecería que, como siempre, es pura fantasía sugerir que la defensa
de nuestros principios políticos nos habría privado de logros concretos.
Se ha dicho
en efecto que si los socialdemócratas belgas habían insistido sobre el derecho
de la mujer al voto, los liberales habrían roto y toda la campaña se habría
puesto en peligro. Pero no podemos juzgar el caso de que el Partido obrero de
la coalición federal con los liberales y sus condiciones de cómo él aceptó un
tercer encogimiento de estas condiciones, el
abandono de los métodos revolucionarios. Es obvio que la socialdemocracia
belga no puede de ninguna manera dejar sus manos atadas en cuanto a la elección
de los métodos de lucha. Por tanto, ella ha dejado atrás su única convicción: que la fuerza que puede lanzar a la batalla,
la sólida garantía de la victoria no está en el apoyo que puede dar a los
temerosos alcaldes y senadores liberales, sino en la capacidad de movilizar a
las masas proletarias, y no en el parlamento, sino en la calle.
Sería
bastante extraño que el Partido Obrero de Bélgica alimente la menor duda sobre
este punto, después de haber logrado sus victorias anteriores, tales como la
eliminación parcial de voto plural, gracias
a una huelga de masas memorable y la amenaza de protestas en las calles de
la clase obrera. Al igual que antes, el movimiento de proletariado belga obrara
como un rayo sobre la burguesía "liberal" y puede predecir la rapidez
con estos "aliados" de los socialdemócratas se precipitaran hacia sus
agujeros cual ratas parlamentarias con el fin de traicionar a su compromisos y
dejar el sufragio universal en las manos de los obreros. Incluso esta hermosa
perspectiva es nada menos que un misterio para el Partido Obrero de Bélgica.
A pesar de
todo, si decide poner discretamente en secreto la tercera condición del pacto
con los liberales y se prepara para cualquier eventualidad, se demuestra la
importancia que concede al "apoyo liberal" como él de una compañía
circunstancial, transitoria, por un trecho del camino en la misma ruta,
aceptamos marchar, pero con los que no desviamos ni un paso del camino que se
ha trazado.
Esto
demuestra lógicamente que los "avances concretos", que suponen el
sacrificio del derecho de las mujeres a votar no son más que chapucerías. Y
cada vez que presentamos proyectos imprudentes de compromisos a costa de
nuestros principios fundamentales, lo se ha observado tanto en casa como en el
extranjero, lo que está siempre en juego no son los supuestos "avances concretos"
sino el abandono de nuestro programa. En cuanto a nuestros "políticos
realistas", no son básicamente más que Hécubas[***], es decir un revoltijo formalista que ha surgido
y es repetido con tanta frecuencia que ya no tienen ninguna importancia
práctica.
No sólo el
derecho de la mujer al voto ha sido continua y universalmente reconocido por la
socialdemocracia belga, sino los representantes de los trabajadores en el Parlamento
también han votado por él por unanimidad en 1895. Es cierto que hasta el
momento esta demanda no tenía ninguna posibilidad de ser conocido en Bélgica y
en otros países europeos. Ahora, por primera vez podría ser un debate político,
y de repente parece que no hay unanimidad sobre el viejo requerimiento
programático en las filas del Partido obrero. Mejor, de acuerdo con la
declaración hecha por Auguste
Dewinne Dewinne[****] en
el Congreso de Bruselas, "!todo el partido ha adoptado una actitud
negativa sobre la cuestión del sufragio de las mujeres!"
Este
espectáculo sorprendente nos revela los argumentos socialdemócratas belgas
contra el derecho de las mujeres a votar. Son exactamente el mismo que el
utilizado por el zarismo ruso, incluso invocada por la doctrina alemana del
derecho divino para justificar la injusticia política: "El público
no es lo suficientemente maduro para ejercer el derecho al voto" Como
si no hubiese otra escuela de madurez política para que el público sólo tuviera
que utilizarla bien! Como si la clase obrera masculina no hubiera aprendido a
utilizar la boleta electoral para defender sus intereses de clase y debiera
siempre estar aprendiendo!
Al
contrario, todo el mundo clarividente, debe esperar más pronto o más tarde, el
fuerte impulso que imprimirá al del movimiento obrero la inclusión de las
mujeres proletarias en la política. Esta perspectiva no se abre más que un
vasto campo de acción de agitación para socialdemocracia. La emancipación
político de las mujeres también hará soplar un viento fresco, vigorizante,
sobre la política y la vida social, un viento que disipe su vida confinada al
ambiente familiar filisteo que contamina incluso a miembros de nuestro partido,
sean esto trabajadores o dirigentes.
Es cierto
que al principio, las consecuencias políticas del derecho de votos para las
mujeres podrían ser muy desagradables, como el refuerzo en Bélgica de la
autoridad de los clericales. A lo largo de todo el trabajo y agitación del
Partido obrero debe ser revisado por completo. En definitiva, la igualdad
política de las mujeres es una experiencia política valiente y de gran
amplitud.
Sin embargo,
extrañamente, todos aquellos que tienen una gran admiración por la "experiencia"
del genero Millerand[*****] y no tienen palabras suficientes para elogiar su
intrépida experiencia, hoy no encuentran nada que decir a los camaradas belgas
que retrocede ante el derecho de la mujer a votar. Sí, incluso Anseele [******],
el dirigente belga que fue tan rápido en el momento, siendo él primero en
enviar sus felicitaciones al "camarada" Millerand por su
"valiente", experiencia ministerial, es ahora uno de aquellos que más
fuertemente se han opuesto a los esfuerzos para garantizar que las mujeres
tengan derecho a votar en el país. Una vez más, tenemos la demostración entre
otras cosas, del género de "coraje" para cuales "los políticos
realistas" nos instan regularmente. Obviamente, es sólo el coraje de
participar en experiencias oportunistas a expensas de los principios
socialdemócratas. Pero cuando se trata de establecer el trabajo valiente de
nuestros requerimientos programáticos, estos mismos políticos no buscan en
absoluto impresionarnos con su coraje, y empiezan a buscar más excusas para
abandonar tal o cual exigencia, "temporalmente" y "con dolor".
●
Notas
[*] En la Conferencia celebrada en
Bruselas los días 30 y 31 de marzo de 1902, el Partido obrero de Bélgica ha
solicitado la inclusión en la Constitución del principio "un hombre, un voto"
y el de la representación proporcional. Rechazó la extensión del derecho de
voto a las mujeres.
[**] En el sistema vigente en
Bélgica desde 1894 hasta 1918, algunos votantes tenían uno o dos votos
suplementarios si ellos eran diplomados (graduados) de la enseñanza secundaria
o si se cumplen ciertas condiciones de ingresos o de riqueza.
[***] Hécuba, la esposa del rey
Príamo de Troya, fue hecha prisionera después de la toma de la ciudad por los
griegos y, al igual que otros troyanos, ella es otorgada a los vencedores.
[****] August Dewinne, un reformista
socialdemócrata.
[*****] En Francia, en 1899, Alexandre
Millerand, un líder reformista, fue el primer socialista en aceptar un puesto
ministerial en un gobierno burgués. Rosa Luxemburgo escribió un artículo contra
Millerand en julio 1899 con el mismo título de este artículo (en la traducción
francesa: Rosa Luxemburgo, el socialismo en Francia, Belfond, 1971, páginas
63-66.).
Rosa
Luxemburgo. Una cuestión de táctica. Escrito: julio de 1899 (La participación
activa de los socialistas con un gobierno burgués. La clase obrera no puede
aliarse con el enemigo de clase para defender sus conquistas democráticas).
El
canalla de Felipe González considera que las dictaduras de su amigo y aliado
Pinochet y Franco eran más respetuosas que la Venezuela de Maduro. Las miserias
del PSOE
Desenmascarando
a Santiago Carrillo, Julio Anguita, Francisco Fruto, Gaspar Llamazares, Alberto
Garzón y muchos más: caballos de Troya en el movimiento obrero.
Rosa
Luxemburg: Una pregunta táctica
Una pregunta táctica (4 de
abril de 1902)
[Publicado en el "Leipziger Volkszeitung" el 4 de abril de
1902. Según Collected Works, Vol. 4, 1928, pp. 315-319]
Cuando, en nuestras filas hace unos años, se debatió de manera
particularmente vívida la cuestión de las alianzas con los partidos burgueses,
los defensores de las alianzas políticas solían referirse al ejemplo del
partido obrero belga. Su alianza con los liberales en la larga lucha por
el sufragio universal debería servir como ejemplo para demostrar la necesidad
temporal y la inconcebibilidad política de las alianzas entre la
socialdemocracia y la democracia burguesa.
La prueba ya estaba equivocada en ese momento, porque aquellos que
ignoraban las constantes fluctuaciones y las repetidas traiciones de los
liberales belgas en sus camaradas proletarios solo podían ser llevados por la
experiencia de Bélgica al mayor pesimismo con respecto al apoyo de la clase
obrera por parte de la democracia burguesa. ser. Hoy, las decisiones del
reciente congreso de los socialdemócratas belgas nos brindan una contribución
nueva y muy importante para la evaluación de la pregunta.
En ese momento, como todos sabemos, el proletariado belga se enfrenta a
un importante punto de inflexión en la lucha por el sufragio universal, que se
ha librado ferozmente durante quince años. Está a punto de lanzar un
ataque renovado contra el gobierno administrativo y el sistema
pluralista. La burguesía liberal coja liberal, bajo la presión de una
fuerza laboral determinada, también se prepara para la acción y ofrece a la
socialdemocracia una mano para una campaña conjunta.
La alianza no es más que esta vez como un verdadero trueque concluido:
los liberales renuncian al sistema de votación plural y
al sufragio general, igual (un hombre - un voto) en
la compra, la socialdemocracia debería adoptar el sistema
de elección proporcional como un modo de elección garantizado constitucionalmente y
en general. La demanda del sufragio de las mujeres, así como revolucionaria dispensación
significa en la lucha por el derecho al voto. La Federación de Bruselas
del Partido de los Trabajadores ya había aceptado las condiciones de los
liberales en general, el Congreso de Pascua de la socialdemocracia de Bélgica
ha hecho el negocio político por su consentimiento perfecto.
Por lo tanto, está claro, y este simple hecho no puede ser disipado, que
la Alianza o, más correctamente, el compromiso con los liberales ha llevado a
la renuncia de la democracia social en uno de los principios de su
programa. Por supuesto, asegurar los compañeros belgas que sólo
" por el momento a soltar" el requisito del voto
femenino políticos con el fin de reanudar la victoria del
sufragio masculino universal. Pero hasta ahora la concepción es nueva para
la democracia social de todos los países, según la cual su programa es un tipo
de menú cuyos tribunales individuales solo se comen en una fila. Y si la
situación política implica que el partido de los trabajadores en cada país a
veces pone más peso en algunas de sus demandas que en el resto, entonces
el conjunto permanece Nuestras exigencias son la base
constante de nuestra lucha política. Entre el ocasional énfasis menor en
un elemento del programa y su explícito, aunque el sacrificio temporal como
precio de compra para otra demanda del programa, se encuentra toda la distancia
que separa la lucha fundamental de la socialdemocracia de las manipulaciones políticas
de los partidos burgueses.
Sin embargo, un sacrificio del sufragio femenino en
Bélgica sí lo es. La resolución adoptada por el Congreso de Bruselas dice
solo de manera lacónica: "La próxima revisión constitucional debe
limitarse al sufragio universal de los hombres". Solo, se espera que los
clérigos durante la revisión, el proyecto de ley formal del sufragio de las
mujeres, se lleven a un punto de discusión entre para lanzar los liberales y
los socialdemócratas, y en este caso la resolución de Bruselas recomienda que
diputados del partido de los trabajadores 'para frustrar esta maniobra' y 'la
alianza de los partidarios del sufragio universal en posición
vertical a recibir', que se encuentra en buen alemán: contra el
sufragio femenino para votar.
El llamado principio del montar a caballo es ciertamente algo malo, y
nunca se nos ocurriría pedir a una parte de la clase trabajadora que renuncie a
ventajas prácticas obvias en aras del esquema del programa abstracto. Pero
aquí, como siempre, son solo ilusiones y no ventajas
prácticas reales a las que se sacrifican los principios. Aquí, como de
costumbre, en una inspección más cercana, es simplemente una ilusión de que
la adhesión a nuestra política fundamental sería un obstáculo para la felicidad
terrenal para nosotros.
De hecho se argumenta que si los socialdemócratas belgas insistieran
en su demanda del sufragio femenino, tendrían que romper con los liberales y
amenazar a toda la campaña. Qué poco serio, sin embargo, el Partido de los
Trabajadores toma básicamente a la Confederación Federal de Liberales y sus
condiciones prueban el encogimiento de hombros taciturno con el que implementa
la tercera condición de los liberales: la renuncia a los medios
de lucha revolucionarios, ha aceptado. No fue necesario decir,
para los socialdemócratas belgas, que no podían de ninguna manera unir sus
manos a los medios de lucha. Se guió por la única convicción verdadera de
que la verdadera fuerza de la lucha, la garantía segura de la victoria, no estaba en
el apoyo de los alcaldes y senadores liberales con patas de langosta,
sino en la militancia de las masas proletarias, no en el parlamento, pero
está en el camino.
También sería extraño que el partido obrero belga tuviera la menor duda
sobre este punto, porque debe sus victorias anteriores, el pago anticipado del
sistema de elección plural, solo a la memorable huelga de masas y las
amenazantes manifestaciones callejeras de la clase trabajadora. Al igual
que en aquellos días, el primer movimiento más audaz del proletariado belga
volverá a tener un efecto atronador en la burguesía "liberal", con
quien los "aliados" de la socialdemocracia se deslizarán en la
mausole de la traición parlamentaria con una velocidad probada y dejarán
sufrimientos universales a los puños de los trabajadores. Incluso esta
hermosa vista es un secreto para el Partido Laborista belga.
Entonces, al presionar silenciosamente la tercera condición del pacto
liberal debajo de la alfombra y prepararse abiertamente para cualquier
eventualidad, ella muestra claramente que toma el apoyo "liberal" por
lo que realmente es: una compañerismo accidental y temporal en un tramo del
camino común, que probablemente se acepte en la marcha, pero para el que no se
desvía un paso del camino prescrito.
Esto, sin embargo, demuestra lógicamente que la supuesta "ventaja
práctica" a la que se sacrificó el sufragio de las mujeres no es más que
un bufón, y resulta que lo que también se puede observar en otros lugares,
incluso aquí en casa, se puede observar regularmente, que cada uno de nosotros
incluso saber dónde aparecerá compromiso objetos aireadas a expensas de
nuestros principios, es en realidad no es acerca de los imaginarios
"logros prácticos", pero el sacrificio del programa afirma que
"los políticos prácticos" básicamente nuestra a ser son
Hécuba, basura formalista fue arrastrado y rezó solo cuando no tenía un
significado práctico.
El sufragio femenino estaba en las filas de la socialdemocracia belga no
sólo como un elemento de programa siempre y en general a reconocer, pero
los trabajadores representantes en el Parlamento votaron por unanimidad para
ello en el Parlamento en 1895. Sin embargo, la cuestión había hasta ahora en
Bélgica como en los países europeos en otro lugar ninguna perspectiva en la
realización. Hoy, por primera vez, amenaza con convertirse en una cuestión
de política cotidiana, y ahora de repente resulta que las filas del Partido de
los Trabajadores están lejos de tener una opinión sobre
el antiguo programa. Aún mejor, dijo Dewine en el
Congreso de Bruselas, "¡todo el partido toma una postura negativa sobre
el sufragio femenino "!
El espectáculo más sorprendente, sin embargo, es el argumento de los
socialdemócratas belgas contra el sufragio femenino. Estos son los mismos
argumentos que ahora usa el zarismo ruso, que fue usado por el derecho divino
alemán para justificar su injusticia política: "La gente aún no está lista
para ejercer su sufragio..." Como si fuera otro asunto para la gente.
¡Escuela de madurez política, como el ejercicio de los
derechos políticos en sí mismos! ¡Como si la clase obrera masculina no solo
aprendiera gradualmente a usar la boleta como un arma de sus intereses de clase
y aún tuviera que aprender!
Por el contrario, a partir de la inclusión de las mujeres proletarias en
la vida política, todo pensador debe, tarde o temprano, esperar solo un avance
poderoso en el movimiento obrero. Esta perspectiva no solo abre un enorme campo
nuevo para el trabajo de agitación de la socialdemocracia. También en su
vida política e intelectual, un fuerte viento fresco tendría que soplar con la
emancipación política de las mujeres, lo que ahuyentaría el aire apestoso de la
vida familiar ahora filistea, que se contagia tan discretamente a los miembros
de nuestro partido, a los trabajadores ya las mujeres por igual.
Sin embargo, al principio, resultados políticos bastante fatales, como el
fortalecimiento del gobierno administrativo, podrían ser el resultado del
sufragio femenino en Bélgica. Además, toda la organización y la agitación
del Partido de los Trabajadores tendrían que ser completamente
rediseñadas. En una palabra, la igualdad política de las mujeres es un audaz y gran experimento político.
Sin embargo, por extraño que parezca, aquellos que tienen la mayor
admiración por los "experimentos" en Art Millerand 1 y tienen el coraje, no puedo
sobrestimar estos experimentos, ni culpar a los camaradas belgas, quienes
evitan experimentar con el sufragio femenino. De hecho, el líder belga
Anseele, quien en ese momento se apresuró a ser el primero en ofrecer al
"camarada" Miller y sus felicitaciones por su "audaz"
experimento ministerial, es hoy el opositor más resuelto de todos los intentos
por el derecho de las mujeres a votar en su propio país. Aquí tenemos,
entre otras cosas, una prueba de qué tipo de "valor" es que los
"políticos prácticos" nos recomiendan ocasionalmente. Parece que
este es solo el coraje para hacer experimentos oportunistas con el abandono de
los principios socialdemócratas. Pero si es una aplicación audaz En
lo que respecta a las demandas de nuestro programa, los mismos "políticos
prácticos" no muestran la menor inclinación a impresionar con coraje y
buscan pretextos para abandonar el punto del programa
"provisionalmente" y bajo "gran dolor".
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