Copiado del libro, Juan Andrade, La revolución española día a día. Edita:
Editorial Nueva era y publicaciones trazo. Primera
edición: mayo 1979.
Prólogo y notas: Pelai Pagés (NOTAS POLITICAS DIARIAS)
Desde la pág.37 “La Batalla”, 9
de diciembre de 1936
Cualquier observador neutral que examinarse atenta e imparcialmente el
panorama político de la parte de España no dominada por los fascistas, llegaría
a la conclusión de que no existen discrepancias de ningún género en cuanto a la
solución de los problemas planteados por los diversos partidos y organizaciones
antifascistas. La generalidad de éstos se distinguen, a pesar de su distinta
composición social e idearios conocidos, por posición demasiado abstractas.
Diría que actúa sólo un gran partido antifascista a base de la conservación
inquebrantable de la república democrática y
que no existen aspiraciones específicas de la clase obrera independiente
de la democracia burguesa. Sólo se eleva
una voz discrepante, la nuestra y a veces la de la Confederación, que refleja
los sentimientos de las masas más avanzadas y conscientes del proletariado
español.
Este concepto abigarrado de antifascismo, quiere elevarse a la categoría
de dogma aceptado imperativamente por todas las organizaciones. No hay qué
perder de vista, que, en este caso, la forma oculta el contenido de supervivencia
del fondo burgués del régimen imperante. Claro está que las fuerzas de reclutan
sus afiliados entre los trabajadores, no pueden siempre adoptar la posición
conservadora y que a veces, para consuelo de los descontentos, aluden a que l
principal es ganar la guerra y después decidir sobre los problemas de estructuración
de la nueva sociedad. Pero la cuestión no es tan simple como quieren aparentar.
No luchar es la actualidad por el
socialismo y limitarse a defender la república democrática, supone contribuir a
consolidar el propio aparato coactivo y estatal de la democracia burguesa e
impedir que, “cuando llegue el día”,
el socialismo encuentre la ruta fácil. El problema de ganar la guerra, aprovechando
la conjunción de todas las fuerzas antifascistas, es paralelo al de que el
proletariado conquiste todas las posiciones fundamentales. Prácticamente, la
contradicción que observamos se manifiesta en que mientras los trabajadores
hacen todo el gasto de la contienda, delegan al mismo tiempo su representación
en las corrientes pequeñaburguesas, las cuales actúan en beneficio de sus puntos
de vista, que no son precisamente los del proletariado.
El antifascismo genérico conduce a errores que pueden calificarse de
monstruosos. Recientemente se han publicado en un diario las declaraciones de
un militar profesional, que ha luchado hasta recientemente en el frente de
Aragón. En la actualidad, se encuentra entregado a la organización de una
fuerza de choque antifascista. Y según ha manifestado, a estos combatientes que
organiza, les estará absolutamente prohibido opinar políticamente y el que
trate de hacer propaganda, será sancionado severamente. Esto es un producto de
la concepción confusa del antifascismo a secas. El fascismo es una
manifestación, la más exacerbada, del capitalismo. Para destruir por completo,
hasta sus raíces, el fascismo, es preciso acabar con la forma capitalista
económica dominante. No hay posibilidad de separar la lucha contra el fascismo
de la lucha contra el capitalismo, y su forma más avanzada de la democracia
burguesa.
En la situación actual, las fracciones políticas de la pequeñaburguesía y
hasta la burguesía católica nacionalista, como los vascos, no ocultan sus
intenciones y actúan en vistas a conservar su hegemonía gubernamental, y a
imponer sus normas económicas. Son las grandes organizaciones del proletariado
las que precisamente renuncian a sus objetivos e incluso a la exposición de su
ideario, asegurando así el Poder permanentemente de los partidos republicanos.
Presenciamos una evidente anomalía política. A medida que transcurre el
tiempo y que va madurando más el proceso revolucionario, las fracciones obreras
se esfuerzan por contener más las conquistas ya obtenida por el proletariado.
Van perdiendo sus características de clase para sumarse al coro de las
generalidades democráticas. La concepción y la política que inspiró al Frente
Popular, fracasado rotundamente antes de la insurrección militar fascista, persisten y no han hecho más
que ensanchar su base de sustentación. Pero con una diferencia en contra, en la
relación con la situación preinsurreccional. Que entonces el proletariado tenía
por medio de sus organizaciones, y principalmente de la C.N.T. y de la F.A.I.
una libertad de crítica y de opinión que
suponía una garantía en medio de la confusión. Ahora sólo es nuestra voz la que
se alza reiteradamente para exponer francamente los intereses del proletariado
y la manera de garantizar la victoria de la revolución socialista.
El peligro de deformación, de desnaturalización del movimiento
revolucionario que vivimos es mayor ahora que nunca. La ceguera de unos y la incomprensión
de otros amenaza poner en grave trance todas las ventajas posiciones que los
trabajadores habían obtenido ya.
Libro Juan Andrade, La revolución española día a día. Edita:
Editorial Nueva era y publicaciones trazo.
ÍNDICE
INTRODUCCION 7
NOTAS
POLITICA DIARIAS
La verdad significación de la reunión del
parlamento 19
A pesar de la revolución persiste la vieja burocracia
23
El mando único y el control político de las milicias combatientes
25
Se ha reunido el Parlamento del 16 de febrero 27
Para los militantes comunistas sólo deberes sin derechos. 31
La unidad sindical es ahora más posible que nunca
33
El problema de los evacuados y el problema de estos 35
El
antifascismo genérico encubre la confusión política 37
La significación del mitin del Gran Price 39
Sobre las alusiones frecuentes a un gobierno fuerte 41
Sigue planteado el problema del mando único 43
Los camaradas extranjeros en la Revolución Española 45
El “calumnia que algo queda”, o una táctica desacreditada. 49
La propuesta de armisticio y el deseo de estrangular nuestra
revolución 51
La actitud de la CNT es la solución de la crisis 53
Acerca del carácter y la significación del nuevo consejo de la
Generalidad 55
La crisis de la Generalidad y el movimiento revolucionario
internacional 57
¿Es que las fracciones obreras renuncian a la libertad de crítica?
59
Sobre la educación política de los nuevos adherentes a las organizaciones
obreras 61
No se trata de un prurito sino de un problema político 63
Llevar la guerra hasta el fin significa ultimar la revolución social 65
La prensa debe estar, exclusivamente, al servicio de los intereses
revolucionarios 67
Hay una táctica para arrebatar al proletariado el control de la
Revolución 71
COMENTARIOS
Lenin y
el Leninismo
La composición social de los dirigentes fascistas 269
Solidaridad criminal 271
Burócratas satisfechos 273
La crisis periódicas de la Generalidad 275
Se liquida la Internacional de Lenin 277
NOTAS 279
PROBLEMAS
DE LA REVOLUCION Y DEL MOVIMIENTO OBRERO
Lenin y la guerra 285
Marxistas revolucionarios y anarquistas en la Revolución Española 293
Mary Low y Juan Breá. (Red Spanish notebook) Cuaderno rojo
español. Los primeros seis meses de la revolución y la guerra civil 1937
XII Una última visión de Toledo (Narrativa de Juan Breá)
“¿Pero qué hay detrás de las líneas? Con la excepción del Partido de
los Trabajadores de España (POUM) y los
anarquistas, ambos mucho más pequeños en Madrid que en Barcelona, todos
los partidos en Madrid están en la guerra pero no en la revolución. La
revolución debe desplegarse detrás de las líneas mientras la guerra se lleva a
cabo en el frente, porque sin una retaguardia revolucionaria será difícil ganar
la guerra e imposible hacer la revolución. No hay revoluciones sociales
sin guerras civiles, pero siempre ha habido guerras civiles sin revoluciones
sociales. Por lo tanto, es inútil confundir la guerra civil con la
revolución. La guerra civil es solo un paso preparatorio, una etapa más
inmediata hacia la revolución. Todavía no es la revolución proletaria en
sí misma. Lo primero que es vital hacer es identificar la guerra civil con
la revolución -no es suficiente para confundirlos- y la única forma de hacerlo
es ir más allá de los objetivos de la lucha de la guerra civil y transformarlos
completamente en nuestro propios objetivos Entonces, y solo entonces,
estaremos en condiciones de ganar o perder la guerra, ganar o perder la
revolución, ya que en cualquier otra situación lo mejor que se podía esperar
sería ganar la guerra mientras la revolución siempre sería perdió.
Sería ocioso e injusto negar que Madrid haya pasado por un momento de
gran tensión revolucionaria. Pero, al mismo tiempo, hay que admitir que el
ciclo revolucionario nunca aquí, como en Barcelona, se desarrolló lo
suficiente como para elevarse a la altura de las circunstancias. El
gobierno de Madrid permanece arraigado dentro de los límites de la república
democrática capitalista y presenta la lucha contra el fascismo como un fin en
sí mismo. Esto no concuerda con los objetivos del proletariado
mundial, cuyo interés es llevar a la revolución a sus mayores consecuencias.”
1931-1936. REPÚBLICA Y REVOLUCIÓN. El movimiento obrero y sus partidos.
Teoría aplicada
5.61 El estalinismo
218
“El proceso de acercamiento de Stalin a la burguesía francesa el verano
de 1934 para hacer de contrapeso a Alemania y Japón en la esfera internacional
y que se mantiene hasta el acuerdo germano-soviético de 1939, significa el
inicio del cambio estratégico de la Tercera Internacional. La actuación de los
partidos comunistas fuera de la URRS en general, y el francés y español en
particular, es la moneda de cambio que ofrece el estalinismo a la burguesía
europea para una mayor colaboración. En abril de 1934 el dirigente del PCF
Jacques Doriot propone el frente único con la SFIO, por lo que es expulsado en
junio del partido. Antes del giro de Moscú, el PCF rechaza la defensa nacional
francesa en términos de clase “Mientras el PCF multiplicaba los ataques contra
el capitalismo y el militarismo francés, guardaba silencio sobre el peligro de
la vesania nazi. El 15 de junio de 1934, Thorez declaraba ante la cámara de
diputados “nosotros no queremos creer ni un solo momento en la Defensa
Nacional. Nosotros comunistas seguimos ateniéndonos a la frase del manifiesto
Comunista de Marx: “Los proletarios no tienen patria”125. Sin ningún tipo de
debate en ninguna sección, la estrategia del estalinismo desde 1928 es
transformada radicalmente “De improviso, Moscú señala el “viraje”, el 31 de
mayo de 1934, L¨Humanité reproduce un artículo de Pravda donde se argumenta que
es perfectamente admisible proponer a los dirigentes socialistas franceses la
unidad de acción (…) a partir de ese momento los pactos de unidad de acción
socialista-comunista se suceden en cadena. En julio se firma el francés, en
agosto el italiano, en septiembre el PCE ingresa en las Alianzas Obreras” 126 .
En efecto, apenas un mes después de proclamar en el Parlamento que los
“trabajadores no tienen patria”, el 27 de julio la dirección del PCF firma un
pacto de frente único con la SFIO contra el fascismo, donde plantea incluir
partidos burgueses. El 9 de octubre, Thorez manifiesta que el partido comunista
francés propone ampliar el pacto con la burguesía liberal del Partido Radical.
“los comunistas hablaban de una Francia renovada, unida, libre y fuerte, y
donde antes de leía “clase obrera”, “proletariado” “socialdemocracia” se pasó a
leer, “pueblo”, “nuestro país” y “socialistas”127
Desde este momento se produce un cambio de rumbo del estalinismo hacia el
Frente Popular: unidad de acción, no solo con la socialdemocracia, sino también
con partidos burgueses liberales en “la lucha contra el fascismo”. Esta
estrategia interclasista, no solo es ajena a la historia del Bolchevismo, sino
que rompe todo el planteamiento de clase de los cuatro primeros Congresos de la
Internacional Comunista. De esta forma, desde el verano de 1934 la táctica de
frente único cambia en el PCE. En una carta al PSOE del 12 de julio dice:
“Estar dispuesto a llegar a un acuerdo que ponga fin por ambas partes a los
ataques y críticas mientras dura la acción entre las organizaciones y
militantes socialistas y comunista…” donde expone una plataforma reivindicativa
de movilización contra el fascismo: en defensa de la URRS; por las
reivindicaciones obreras; dar la tierra a quien la trabaja y la liberación
nacional de Cataluña, Euskadi y Galicia. En definitiva, propuestas
democráticas-burguesas. En otra carta similar el 23 de julio, se especifica el
contenido de la lucha antifascista de esta manera: “… La creación de estas
Alianzas fue un obstáculo (…) después de haber sido rechazados por parte del
partido socialista y la dirección nacional de la UGT, todos los llamamientos
que, a este fin habían sido hechos por el Frente Antifascista que, con carácter
nacional y abarcando a obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y
pequeña burguesía antifascista”128
Con esta estrategia, el estalinismo no propone la revolución socialista
para atraer a las capas medias, sino un programa liberal que atraiga a las
clases medias liderado por la lucha del proletariado. En la reunión conjunta de
ejecutivas juveniles del PCE y del PSOE propuesta por la UJC el 27 de julio
dicen: “En relación al frente anti-fascista (…) decís que no queréis nada con
las Juventudes republicanas. Nosotros os decimos que la lucha contra el fascismo
puede abarcar no solamente a las fuerzas del proletariado…” A lo que responde
Carrillo de la FJS.: “… Nosotros opinamos que el frente único en España es el
producto de la maduración de las circunstancias revolucionarias, y solo puede
tener un objetivo central: la conquista del Poder político para la clase obrera
(…) porque en Alemania ha fracasado la táctica de la socialdemocracia,
conformista y pequeñoburguesa; pero ha fracasado asimismo la táctica
intransigente y sectaria de la Tercera Internacional (…) nosotros concebimos
que la lucha contra el fascismo es una fase de la lucha contra el capitalismo,
y que solo cuando la clase obrera tenga el poder derrotará definitivamente al
fascismo”129 . Mientras el PCE abre la colaboración a la burguesía liberal, el
PSOE de Largo Caballero y la FJS mantiene un carácter de clase en el frente
único. Como reconoce la historia oficial del PCE en 1960: “El VII Congreso de
la I.C., generalizó las experiencias de Frente único y de Frente Popular, que
estaban ya en curso en Francia, en España y otros países, y les dio una firme
base de principio asentada sobre la teoría del Marxismo-leninismo (…) los
partidos comunistas colocaron como eje de toda su actividad la lucha por el
Frente único proletario y por el frente Popular antifascista (…) la bandera de
la lucha por la democracia y por los intereses de sus países”130 . El 18 de
septiembre de 1934 ingresa la URSS en la Sociedad de Naciones y el 2 de mayo de
1935 se firma el pacto defensivo franco-ruso contra Hitler “A partir de ahora,
los comunistas franceses tenían que defender la república burguesa en Francia
contra la Alemania nacionalsocialista”131 . La CGTU se unifica con la CGT de la
SFIO, se acentúa la lucha contra el fascismo en colaboración con la burguesía
liberal y se dejan en un segundo término la lucha por el socialismo hacia la
creación del Frente Popular. Exactamente igual a lo que se hace a continuación
en España.”
Revisita
Comunismo (1931-1934)
La
situación política, el peligro fascista y la necesidad del Frente Único del
Proletariado
Primera vez publicado: Revista Comunismo, No. 7 (1931).
Escrito: 1930.
Andreu Nin. El Fascismo italiano
Víctor Alba. La revolución española
en la práctica. Documentos del POUM
Discurso pronunciado el 15 de abril
de 1936 (Socialismo o fascismo)
Discurso pronunciado el 20 de abril
de 1.936
Discurso pronunciado el 16 de
junio de 1.936 (El peligro fascista)
Discurso pronunciado el 8 de julio de
1.936
A 83 años de la Alianza Obrera o
Frente Único y de la insurrección y la revolución de octubre de 1934 en
Asturias
El fascismo
y el papel de la Internacional Comunista y el PCE durante la Guerra Civil
española
Eurasianismo, la Cuarta Teoría
Política y la "Nueva Derecha" europea. «El Espía Digital»: la extrema
derecha española como repetidor de la propaganda de guerra rusa. Alexander
Dugin: El hombre en la sombra que inspira a Putin
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