Perfiles revolucionarios
Germinal Vidal
El 19 de
Julio de 1936, Germinal
Vidal, que había sido secretario general de la Juventud Comunista Ibérica durante varios
años, cayó luchando contra los militares sublevados en la Plaza de la
Universidad de Barcelona. Fue una de las primeras víctimas de los duros
combates que aseguraron la victoria de los trabajadores de Cataluña, de Madrid,
de Valencia, de Bilbao y de muchos otros lugares de España. El hecho y
las fechas están inscritos con letras de oro en la historia de las
luchas sociales de España y del socialismo mundial.
En los
combates de Barcelona murieron militantes del POUM, de la CNT y de otras
organizaciones. Pero la caída de Germinal se destacó especialmente por su
juventud y su significación política. Y, como era natural, la sentimos
especialmente los que éramos sus camaradas y amigos más próximos y, en
particular, los militantes de la Juventud Comunista Ibérica. Su entierro fue
una gran manifestación de duelo, en la que estuvieron presentes delegaciones de
todas las organizaciones políticas y sindicales. Eran los días de la unidad absoluta
en la lucha contra el golpe politico-militar reaccionario y por el socialismo.
Germinal
Vidal nació en Barcelona el 6 de Enero de 1915. Hijo de una familia
modesta, y como tantos otros, no pudo pasar de los estudios elementales, Pero
como muchos de los autodidactas de su generación se formó en el sindicato,
los ateneos de entonces y en el Bloque Obrero y Campesino y su
Juventud, en los que ingresó al principio del año 1931, periodo crucial de gran
efervescencia política y sindical. Comenzó a trabajar como conductor de
carretillas en el puerto de Barcelona, donde su simpatía y su honestidad
le elevaron muy pronto a la presidencia del Sindicato. Casi al mismo tiempo fue
elegido miembro del Comité central de la Juventud Comunista Ibérica en un período
en que esta organización comenzaba a desarrollarse con rapidez y entusiasmo.
En el
congreso de Marzo de 1934, Germinal fue elegido secretario general de la
Juventud Comunista Ibérica, Esta elección fue muy acertada porque Germinal
solía tener una clara visión política y se había revelado como un buen animador
y organizador. Masferrer, Solano, Pedrola, Roc y Gelada fueron elegidos
para el nuevo Comité ejecutivo. Se estaba en una nueva fase de la vida
política. El triunfo de Hitler en Alemania y sus repercusiones en
Europa y en España misma imponían nuevas responsabilidades. Por
otra parte, la constitución de la Alianza Obrera en Cataluña abría esperanzas
muy concretas para el movimiento obrero y la lucha contra el fascismo.
Resulta
curioso recordar que esta situación y el ascenso de la JCI coincidieron
con la radicalización de Francisco Largo Caballero y de las Juventudes
Socialistas. Fue entonces cuando Largo Caballero vino a Barcelona para discutir
a fondo con Joaquín Maurín y cuando los dirigentes de la JCI tuvimos la célebre
reunión con Hernandez Zancajo y Santiago Carrillo, presidente y secretario de
las Juventudes Socialistas respectivamente, a los que ayudamos a
organizar un mitin en Barcelona, donde sus fuerzas eran muy limitadas. A
partir de entonces, el BOC y su Juventud tuvieron relaciones de
colaboración muy eficaces con la izquierda del PSOE y las Juventudes
Socialistas: colaboración en la prensa de unos y otros, intercambio de
infomación, trabajo común para crear la Alianza Obrera en Madrid y
extenderla a toda España.
Germinal
intervino en todas estas actividades con indudable eficacia. Como meses después
en el movimiento de Octubre de 1934, en particular en la huelga general
organizada por la Alianza Obrera de Cataluña. Después fue muy activo en el
breve periodo de clandestinidad que siguió al fracaso de Octubre.
Recuerdo que el Comité Ejecutivo de la JCI se reunía en el piso de Pueblo Seco
donde vivían sus padres (personas discretas y muy acogedoras) y que durante
varios meses nos veíamos con mucha frecuencia y teníamos largas conversaciones
que afianzaron nuestras relaciones y nuestra amistad. Yo era el único
estudiante y, además de Medicina, en una época en que la Universidad era
patrimonio de los hijos de la burguesía y de un sector de la pequeña
burguesía. Y, naturalmente, tenía que sufrir el asalto de preguntas de todo
tipo y responder a las inquietudes personales de los jóvenes inquietos de
aquellos tiempos, tarea que no resultó siempre fácil.
Pasamos el
período de clandestinidad reestructurando la JCI, ganando militantes y entramos
luego en la fase que condujo a la creación del POUM, durante la cual hubo que
concentrar las fuerzas en la organización del nuevo partido. Algunos compañeros
sugerían que ciertos militantes de la JCI se integraran en el partido y otros
llegaron a proponer la integración total de la organización juvenil.
Maurín, como muchos de nosotros, tenía un criterio diferente. Él pensaba que
había que dar un fuerte impulso a la JCI y fundar un periódico para los jóvenes
en un momento político en el que se aceleraba la intervención de la nueva
generación en la vida política. Germinal pensaba lo mismo, pese a que ya se le
habían confiado responsabilidades en el nuevo partido y en la actividad
sindical. Y este criterio prevaleció en el momento de la creación del POUM y
nadie discutió su valor al ver el extraordinario desarrollo de la JCI a partir
de Julio de 1936
A comienzos
del mes de septiembre de 1936 se celebró en Barcelona una Conferencia general
de la Juventud Comunista Ibérica con representantes de las secciones de la
organización y de los compañeros que combatían en los frentes de Aragón, de
Madrid, de Extremadura y del Norte (Asturias y Euskadi). Los debates,
presididos por Jesús Estarán, y se colocaron bajo el signo de
homenaje a Germinal Vidal, y a los jóvenes que habían caído recientemente
combatiendo en el frente de Huesca (Pedrola, Castells, Buil, Sabadell). Unos
días después se cambió el nombre de la Plaza de las Navas, del barrio de
Pueblo Seco de Barcelona, por el de Germinal Vidal en un acto especialmente
emotivo y salió para el frente una batería de artillería que ostentaba el
nombre del combatiente de la Plaza de la Universidad el 19 de Julio.
Los años han
pasado y el recuerdo de Germinal está muy presente en la memoria de los que le
conocieron y en los libros sobre la Revolución Española. Pero no quiero
terminar sin decir algo que muchos no saben y que tiene una profunda
significación: varios compañeros dieron el nombre de Germinal a sus hijos para que
el recuerdo del amigo y del compañero permaneciera vivo en sus vidas y en sus
combates.
Edición
digital de la Fundación Andreu Nin, septiembre 2002
Wilebaldo
Solano. La Juventud Comunista Ibérica en la revolución y la guerra de España
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