8 de mayo
2014
Padecemos
una grave desafección por la política, es normal viendo cómo se comportan
nuestros supuestos representantes. No obstante hay que entender que aunque
mucha gente les haya votado, estos “políticos” no son tales, son meramente
gestores del poder económico. Es precisamente este desinterés por la política
lo que hace que nos engañen tan fácilmente una y otra vez. La política es una
materia de estudio, quizás la más importante de todas, si no te interesas por
aprender lo básico te engañarán igual que te engañan en el taller mecánico por
no tener ni la menor noción elemental de mecánica.
Votar es un
derecho pero también una responsabilidad, cuando votas sin pensar es probable
que estés jodiendo al resto de españoles, y por supuesto a ti mismo. Cierto que
votar, per se, no soluciona nada, pero es una estupidez desperdiciar una
herramienta estratégica para hacernos la vida algo mejor, o incluso para
contribuir sinérgicamente a un verdadero cambio.
Analizaremos
cada opción:
- Voto
en blanco: es introducir un sobre vacío en la urna. Cuenta como voto válido
y computable para el escrutinio, por tanto muchos votos en blanco hacen más
difícil a un partido minoritario alcanzar el 3% del total de votos requerido
por la ley. Y aunque lo alcance, ese requirimiento del 3% le hace más difícil
acceder a un escaño.
- Voto
nulo: es meter en el sobre cualquier cosa que no sea una papeleta
individual, por ejemplo meter una papeleta rota, meter dos papeletas, meter una
loncha de chopped, etc. No cuenta como voto ni es computable en el escrutinio,
pero sí cuenta en las estadísticas de participación. En principio no perjudica
a nadie (al menos no como sí lo hace el voto en blanco) pero más adelante
profundizaré más en la cuestión.
- Abstención: Es
sencillamente el acto de no votar, cuenta únicamente como no participación y se
refleja en las estadísticas de abstención de voto.
Hasta aquí
los hechos, no admiten mayor discusión puesto que es lo indicado por la ley. A
continuación voy a hacer mi valoración personal tratando de hacer un análisis
crítico de las consecuencias de cada opción, al mismo tiempo trataré de
derribar algunos de los mitos de la propaganda o las creencias populares.
Ya hemos
visto que, al contrario de la creencia popular, el voto en blanco no perjudica
al bipartidismo, perjudica a los partidos minoritarios.
La
abstención o el voto nulo tienen las mismas consecuencias: favorecen el
bipartidismo. Para
una explicación matemática sobre la afirmación recomiendo la lectura del
siguiente artículo, es muy breve: La abstención perpetúa el bipartidismo.
En cualquier
caso resulta bastante obvio, hay una masa de votantes fanática que va a seguir
votando al PP o al PSOE, aunque sigan arruinando el país y robando todo lo que
pueden y más. Por tanto, si no se vota a otros, ambos partidos se quedan a
solas en el congreso haciendo a su antojo. Como sabemos, en política económica
estos dos partidos están siempre de acuerdo, el ejemplo más obvio fue la grave
reforma constitucional que garantiza que el dinero fluya a los acreedores, pero
no que fluya para garantizar la producción del país y el mínimo gasto social
que no atente a los derechos humanos más elementales. Esta es la
diferencia entre pensar tu voto analizando todos los hechos, en lugar de votar
emocionalmente fiándote del marketing corporativo del partido.
Muchas
personas, de forma totalmente legítima, piensan que votar en blanco o nulo es
la manera de “darles una lección” a sus señorías. Bueno, tratar de dar
una lección a un sinvergüenza integral es ya una opción bastante ingenua, pero
lo es más aún utilizando como estrategia la que más favorece los intereses del
susodicho.
A este
respecto se creó el partido (que no era en verdad un partido), llamado Escaños
en blanco. Este grupo pretendía simplemente dejar con tu voto los escaños
vacíos (como si no lo estuvieran ya), de nuevo con la ingenua intención de dar
una lección moral a sus señorías. Para el caso supone el mismo acto inútil que
votar en blanco, abstenerse, o votar nulo.
Este tipo de
actos denotan, a mi juicio, el alarmante desinterés por la política, la
impotencia que todos sentimos y una terrible falta de pensamiento crítico.
Todos estos signos vienen precisamente en el momento en que el pueblo debe
recuperar la verdadera política para el beneficio de las mayorías.
Con
frecuencia veo campañas, como No les votes, que animan a votar a
otros partidos que no sean el PP y el PSOE, como si no hubiera partidos
minoritarios igual o peores que estos; véase UPyD, CIU, o España 2000. Por lo
tanto vota a otros si quieres, sí, pero piénsalo bien, no votes a cualquiera.
Es absurdo salir de Málaga para meterse en Malagón.
Como sabemos
la abstención es la principal fuerza política de este país. Tópicos como los
siguientes hacen mucho daño:
-
“Yo no voto y así no les hago el juego”. Bien, ya hemos visto como lo
que se consigue en verdad es precisamente lo contrario: hacerles el juego.
-
“Todos los políticos son iguales”. Esta creencia, que la mayoría de las
veces se dice sin pensar, tiene garrafales consecuencias. Una de las mejores
formas de conocer las consecuencias de un acto es hacerse la misma pregunta que
se hacía Sartre, “¿qué ocurriría si todos hicieramos lo mismo?”.
Pues es bien sencillo, el pueblo jamás podría recuperar la política porque
“todos los políticos son malos”. Por supuesto estas personas no quieren
comprender que la política ha sido plenamente usurpada por el poder económico,
que es quien promociona, financia y, llegada la necesidad, hunde la carrera de
los políticos si estos se salen de su agenda. Por supuesto no todos los
políticos son iguales, creer que todos son iguales es un dogma muy
reaccionario.
-
“Todo poder corrompe”. El poder efectivamente puede corromper, pero más
bien lo que habitualmente sucede es que ya llegan corruptos, como buenos
candidatos a gestionar la contabilidad del poder económico que les promociona.
Existen muchos casos históricos de líderes políticos que jamás se corrompieron,
interesante es analizar los por qués.
-
“Votar les legitima y legitima el sistema”. Bueno, puede ser, es
discutible, depende de a quien votes, pero optar por estrategias que aumentan
aún más la concentración de poder en manos del capitalismo no nos beneficia en
absoluto en el objetivo de cambiar el sistema. Creer que existen las revoluciones
puras es creer en los mundos de Yupi. Hay que trabajar con las condiciones
objetivas que tenemos y no esperar una revolución radical que hoy por hoy no se
va a dar por falta de condiciones.
Yo comprendo
que mucha gente no se sienta representada por nadie, y comprendo, y comparto,
la imperiosa necesidad de cambiar el sistema económico. A nada que se analice,
el diagnóstico es más que evidente, el capitalismo es criminal y nos lleva a un
callejón sin salida. No obstante animo, al menos, a preocuparnos por conocer
las consecuencias de nuestros actos.
El propio
Ernesto Guevara, que no era precisamente un tibio reformista, ya hablaba de la
quimera de las revoluciones “puras” y lo mucho que perjudicaba este
fundamentalismo a la causa de la revolución. Hugo Chávez insistía en que la
izquierda debía limar las diferencias (rencores personales incluídos), y unir
sus fuerzas en un programa de mínimos, me parece la postura útil e inteligente.
Una lucha dentro del sistema no invalida la lucha por fuera del sistema, en las
calles; de hecho yo creo que la facilita bastante.
La izquierda
no debe seguir dividiendo su voto o entregándolo a los poderes hegemónicos. La
misma reflexión es aplicable, por supuesto, a la gente que no se considere de
izquierdas pero quiera vivir en un país decente. No se me ocurre otro camino
viable que este. A quien se le ocurra otra estrategia será atentamente
escuchado, ahora bien, las personas de izquierdas que no hacen más que tirar
mierda y recurren a la manipulación más burda, mejor sería que se callasen.
Como nota
final, y no menos importante, es necesario elegir cuidadosamente los medios de
comunicación que utilizamos para informarnos, los mass media están en propiedad
de bancos y grandes capitales con un poder cada vez más concentrado. Como es
lógico el capitalismo suele hacer campañas de manipulación en contra de los
candidatos que atenten contra sus intereses geoestratégicos y económicos, de
esta forma moldean la opinión pública para que esta acepte dichos intereses
como propios. A este menester comparto dos enlaces útiles, puedes encontrar
mucha más información en el blog:
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