Antonio
Velasco.
LaRepública.es
Hace ya mucho que vivimos en un mundo donde aquellos que acaparan el poder viven ostentosamente y muy alejados de los problemas reales de la población a la que dicen representar. Nuestro gobierno, así como las élites económicas situadas en la sombra, no sufren los recortes que aplican, sino todo lo contrario. Las empresas del Ibex 35 tienen cada vez mayores beneficios y los políticos siguen legislando a su favor. Los trabajadores, desengañados, empiezan a buscar ejemplos de que otro tipo de líder es posible. Ahí entra Pepe Mujica, un caso de escopeta. El presidente más pobre del mundo, le llaman. Se ha convertido en una figura emblemática para muchos, ya hartos de políticos que muestran un desapego exacerbado por los trabajadores, a los cuales sólo buscan durante la campaña electoral.
Pepe Mujica es un antiguo guerrillero perteneciente al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) que surgió en los años 60 y sería derrotado en 1972, un año antes de la dictadura militar. Mujica, al igual que muchos otros dirigentes tupamaros, pasó más de una década en prisión y, una vez recuperada la democracia, sería liberado por una ley de amnistía para presos políticos. El MLN-T se integraría, en 1989, a la coalición política de izquierdas Frente Amplio (FA), donde gestó la coalición llamada Movimiento de Participación Popular (MPP).
Mujica obtendría un puesto de Diputado con el FA en las elecciones de 1994, donde derrotarían al Partido Colorado (derecha), siendo Tabaré Vázquez el presidente resultante y Mujica el primer Tupamaro con un cargo público. Después de tantos años de dictadura y clandestinidad, la izquierda había llegado al poder. Las calles del país se desbordaron de trabajadores emocionados y cánticos revolucionarios por la hazaña lograda. La izquierda gobernaba y ahora empezarían las políticas destinadas a mejorar la vida de los trabajadores. O eso creían.
Mujica se hizo ya famoso en esa época por su austeridad, cuando acudía a las sesiones parlamentarias en una Vespa. En 2010 llegaría a Presidente de la República Oriental de Uruguay tras la reelección del FA y, una vez en el gobierno, no cambiaría su estilo de vida. No se mudó al palacio de gobierno sino que se mantuvo en su pequeña residencia junto a su esposa Lucía Topolansky (también antigua guerrillera del MLN-T) y dos escoltas. Tampoco acudió al coche oficial ni a ningún lujo en particular. Se trata de un presidente cercano que retomó la antigua práctica de pasear y conversar con los vecinos, como se hacía en los años 50 en Uruguay, antes de la llegada del FMI. Además, dona el 90% de su sueldo a proyectos y causas benéficas. Esta faceta austera es lo que le ha reportado fama internacional.
Su discurso se caracteriza por ser muy filosófico y rompedor de los estándares y costumbres usuales de los poderosos. Habla sin tapujos de la necesidad de proteger el medio ambiente, de lo malo y vacío del consumismo desmedido o de que el capitalismo no aporta realmente aquello que nos hace ser felices. Palabras atractivas pero que, por desgracia, no han ido acompañadas por hechos en la misma línea.
A pesar de que se han logrado cambios en el país (ayudas para los más pobres, el seguro nacional de sanidad, ley de matrimonio homosexual, aborto o legalización de la marihuana), realmente no se ha legislado en favor de los intereses de los trabajadores uruguayos. El modelo económico, salvo algunas excepciones, sigue siendo básicamente el mismo.
Mujica, con un discurso que aboga por la protección del medio ambiente, ha apostado por empresas transnacionales que están contaminados el país y que gozan, además, de exoneraciones y beneficios tributarios. Nunca en Uruguay ha habido tantas tierras en manos de las transnacionales. Algunos ejemplos son las empresas relacionadas con las papeleras, las cuales plantan eucaliptos para sus productos, destrozando la tierra; las empresas que cultivan soja transgénica con agrotóxico; o el proyecto Aratirí, relacionado con la megaminería a cielo abierto para la extracción de hierro, práctica con un alto impacto contaminante sobre el medio ambiente. Existe una contradicción flagrante entre el discurso del presidente y los hechos.
La pobreza ha sido reducida en el país, pero la tercera parte de los trabajadores uruguayos tienen ingresos inferiores a los 14.000 pesos al mes cuando se ha calculado que, para una familia media de 4 personas, se necesitarían unos 50.000 pesos al mes para cubrir las necesidades básicas. Los ricos, sin embargo, siguen enriqueciéndose. Es cierto que los sueldos han subido y que el porcentaje de desempleo es bajo, pero en su mayor parte se trata de empleo precario.
Uruguay es un país de 3 millones de habitantes con 12 millones de cabezas de ganado pero, sin embargo, la carne tiene unos precios desorbitados. En lugar de desarrollar industrias para generar valor agregado en este mercado (industrializar la materia prima), se exporta el producto primario y se enriquecen los productores. Uruguay no transforma los productos, los exporta y el mercado interior no ve beneficios.
El gobierno de Pepe Mujica se ha alejado del programa inicial del FA, que era anti-imperialista y anti-oligárquico. Se alineó con la rama más socialdemócrata de la coalición (representada por Danilo Astori, vicepresidente de Uruguay), reproduciendo el discurso de que hay que desarrollar el capitalismo, incluyendo traer a grandes transnacionales al país, para llegar al socialismo. Dice además ser partidario de un capitalismo bueno y humano. Este alejamiento del gobierno ha provocado la aparición de un sector crítico que reivindica el antiguo programa frenteamplista. Además, las políticas del gobierno de Mujica y del primer presidente del FA Tabaré Vázquez, han traído la resignación y la desafección por la política por parte de los uruguayos al verse traicionados por los políticos, tal y como sucede en España.
El sistema productivo de Uruguay no ha cambiado. Mujica obedece los dictados del FMI y el Banco Mundial, en detrimento de los trabajadores, que han visto, decepcionados, cómo la socialdemocracia ha tomado el control y ha dejado a Uruguay dependiente del capital extranjero. Después, Mujica sale al exterior con su imagen austera, su discurso grandilocuente y filosófico que a todos agrada y sorprende pero, a pesar de haberse conseguido cosas, el gobierno se vendió al capitalismo y a las grandes empresas, incumpliendo el viejo programa del FA.
El problema principal, del cual se deriva el resto, es que Mujica y su equipo han negado la lucha de clases. Suyas son frases como “Para que haya redistribución, los capitalistas han de ganar dinero”. Esto es un absurdo. No se puede redistribuir partiendo de la base de que las empresas gozan de grandes beneficios, exenciones fiscales y que no se les imponen apenas condiciones al instalarse en Uruguay. Mujica aboga por “sacar lo mejor del sistema” pero, ¿cómo sacar lo mejor de las transnacionales, que se instalan porque pagan escasos impuestos, tienen a los trabajadores en condiciones precarias y no respetan el medio ambiente? Se está actuando como si se pudiese gobernar para los ricos y para los pobres a la vez, cuando tienen intereses de clase contrapuestos. Como digo, el principal problema es la negación de la lucha de clases. ¿Existe redistribución posible sin tocar los privilegios del poder económico? ¿Se puede gobernar para el poder económico y para la gente de la calle por igual? Claramente, no. La prueba es que, a pesar del enorme crecimiento del PIB del país en los últimos años, no ha habido una redistribución eficiente que haya beneficiado a los trabajadores tanto como debiera y, sin embargo, los ricos se han enriquecido como nunca. Se trata de la clásica política socialdemócrata.
No es extraño que los grandes medios alaben a Mujica. Las políticas del presidente uruguayo benefician enormemente a los propietarios de los mismos. Si hubiese incorporado el antiguo programa del FA, cuyas propuestas giraban en torno a no pagar la deuda externa ilegítima, una reforma agraria que favoreciera a los trabajadores o nacionalizar la banca; ni Jordi Évole le habría entrevistado ni tendríamos la imagen que tenemos de él. Los medios se habrían encargado de mostrárnoslo como un dictador más y todo el mundo lo aceptaría a ciegas, como aceptan ahora que es el mejor presidente del mundo, sin saber qué políticas ha llevado a cabo y cómo estas han repercutido en la clase obrera uruguaya. Si se legisla en favor de los intereses del capital, los medios controlados por el mismo te presentan favorecido, si lo haces en favor de los trabajadores (y, por consiguiente, en contra del capital), esos medios te muestran al mundo como un político antidemocrático. Ejemplos hay de sobras.
En definitiva, por muy buenas intenciones que tuviese Mujica tanto en sus años de tupamaro como en la actualidad, que no las pongo en duda, un país no se cambia sobre la base de la actitud de una persona (aunque sea el presidente), sino sobre la organización y la construcción de un tejido social fuerte y crítico y unas políticas concretas dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. No podemos creer a ciegas, como se hace en España, que Uruguay va perfectamente sólo fijándonos en el estilo de vida de su presidente (aunque este sea admirable, como en su caso). Es necesario averiguar y adentrarse en las políticas que repercuten en la vida cotidiana de las personas para conocer su realidad. Sólo entonces podremos sacar conclusiones. Pero si únicamente nos quedamos con la filosofía y la fachada de su presidente, estaremos cayendo en la trampa de la clase dominante una vez más.
NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG: Nunca me gustó Pepe Mújica y el franciscanismo de forma de vida que ostenta. Me parece una forma de presumir de bonhomía austera que sirve de señuelo para que no se mire a las políticas que practica, las cuales no difieren mucho de las que lleva a cabo Bachelet en Chile u Obama con sus pretendidos programas sociales y la defensa de los "derechos civiles" en su primer gobierno. Esto sólo es un modo de ir de progre. Ser revolucionario es otra cosa, por mucha forma de vida humilde que exhibas.
De no ser
así el emperador del mundo, Obama, no diría de él "Mujica
tiene credibilidad en el mundo y es un líder a lo largo de todo el hemisferio".
Cuando un revolucionario lo es de verdad, el capital y el imperio lo ignoran o
lo denigran y vilipendian, no lo convierten en una estrella en los medios de
comunicación capitalistas. Saben que la clave más importante no es que tenga
una casa muy humilde o un coche viejísimo -entre el aspecto mendicante de un
Presidente y un modo de vida sin ostentaciones materiales ni acumulación
indebida de bienes hay una distancia notable- Lo realmente importante es qué
política lleve a cabo ese Presidente, qué intereses y a quiénes defienda, no ya
de palabra sino con sus hechos. El resto es luz de gas sobre la política real
que se lleva a cabo.
Uruguay |||
marihuana transgénica y Mujica con Soros en Nueva York
Una lista de
fundaciones y operaciones de ingeniería social o disidencia controlada como las
revoluciones de colores, creadas por el burgués globalista GEORGE SOROS
Quién es
el magnate tras la legalización en Uruguay
Bill
Gates da el sí a la legalización de la marihuana
El
anunciado negocio de marihuana de Monsanto en Uruguay
Soros
mira al Uruguay como un "laboratorio" de marihuana legal
El
presidente José Mujica se reunió ayer con el multimillonario George Soros, que
vendrá a Uruguay a apoyar la legalización del cannabis porque considera al país
una especie de "laboratorio" cuyo ejemplo puede ser útil al mundo
Mujica tuvo
una agitada agenda ayer en Nueva York, donde participará de la Asamblea Anual
de la ONU. Le ofreció al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a
Montevideo co-mo sede para el diálogo con la segunda guerrilla colombiana (el
Ejército de Liberación Nacional, ELN) y se reunió al caer la tarde brevemente
con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Sin embargo,
la actividad más importante de la jornada fue la que tuvo en Soros, con quien
conversó durante 45 minutos en la embajada uruguaya ante la ONU.
Tras el
encuentro, Mujica comentó que "Soros insiste en que la política general
que se lleva con respecto al narcotráfico no da resultado. Si no apostamos a
que haya un cambio conceptual acá en Estados Unidos, estamos perdidos, porque
América Latina es un gigantesco corredor para una parte de la droga que viene a
acá y otra parte se va a Europa".
Agregó que
la nueva regulación uruguaya sobre el consumo de la marihuana "es una
política seria, no es, de ninguna manera, un `viva la pepa, vamos el amor
libre`, no, no". A lo que se apunta es "a tener controlada a la
población, tratar de que no la exploten, de que tenga una alternativa y para el
que está gravemente enfermo, ir desarrollando servicios médicos".
Por su
parte, Soros dijo que es consciente de que cambios fundamentales
internacionalmente, dependen del éxito que tenga Uruguay y su nuevo enfoque en
la materia. Recordó que en Estados Unidos, los estados de Colorado y
Washington, también tratan de implementar un proceso similar al uruguayo en
materia de regulación del consumo de la marihuana.
La Open
Society Foundation, una organización que Soros fundó en 1979 y que tiene sede en
Nueva York, ofreció apoyar los programas educativos en Uruguay que tengan el
objetivo de combatir el consumo de drogas y otras adicciones. En la reunión se
decidió que el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, como presidente
de la Junta Nacional de Drogas, actuará de enlace con esa organización.
En su página
web la fundación sostiene que "las políticas basadas en prohibiciones han
llevado a un incremento en la violencia relacionada con las drogas, la
superpoblación de las cárceles y un incremento en la epidemia del VIH".
"Somos
conscientes de que Uruguay va a ser un laboratorio y si la experiencia resulta
exitosa puede servir al mundo. Todo el mundo los va a estar mirando", dijo
Soros a Mujica.
Financiación.
La
organización de Soros viene siguiendo la realidad uruguaya en materia de drogas
desde hace más de dos años, cuando empezó a aportar "cierta
financiación" a los movimientos locales prolegalización del cannabis.
Ya en 2011,
la Open Society Foundation colaboró con la realización del Debate Nacional
sobre Drogas, en el que participaron varios organismos del Estado y que convocó
a unas 500 personas, según afirma un artículo en la página de la organización.
En concreto,
dijo a El País Diego Pieri, vocero de Regulación Responsable (agrupación que apoya
la ley lanzada por el gobierno uruguayo), la or- ganización de Soros invirtió
US$ 15.000 en aquel evento.
Desde ese
entonces, la Open Society Foundation se mantuvo vinculada con organizaciones
uruguayas prolegalización, especialmente con Proderechos (que ahora integra
Regulación Responsable). Así, cuando el Poder Ejecutivo anunció el proyecto de
la marihuana estatal, la entidad internacional canalizó un apoyo económico
mucho mayor.
Regulación
Responsable realizó una fuerte campaña de publicidad en televisión en apoyo a
la ley de marihuana, la que costó más de US$ 100.000. La organización de Soros
aportó cerca de US$ 60.000, dijo Pieri.
El vocero de
la organización prolegalización entendió que el encuentro de Soros con Mujica
significó un "respaldo político muy importante para lo que viene haciendo
Uruguay", dado que el multimillonario es "una persona muy influyente
a nivel mundial".
Pieri dijo
que la organización internacional vio que la propuesta uruguaya era "una
oportunidad", y que el país podía ser "un ejemplo", por lo cual
decidió apoyar con más fuerza una campaña de respaldo a dicha ley. "Ellos
veían la normativa planteada como muy progresista e integral para cambiar la
política de drogas", dijo Pieri.
También
señaló que Regulación Responsable solo recibe apoyos económicos puntuales de la
organización de Soros, mientras que el contacto en temas de carácter más bien
técnicos es "permanente".
Pieri
subrayó: "En ningún momento hemos visto vinculación alguna de los
proyectos que financia Open Society Foundation con la actividad particular de
Soros", y dijo que la financiación nunca estuvo condicionada por otros
elementos. "No nos consta que él tenga acciones en Monsanto (importante
firma agrícola), como se ha dicho, y en el caso de que las tenga, en ningún
momento eso va a ser un condicionante", explicó el vocero.
Tras
reunirse con Bank Ki-moon, Mujica participó de una cena para jefes de Estado
ofrecida por el presidente de EE.UU., Barack Obama.
Millonario, filántropo liberal y tigre financiero
George
Soros, el multimillonario de 83 años con el que ayer se reunió el presidente
José Mujica, tiene una fortuna de US$ 20.000 millones y se casó la semana
pasada con Tamiko Bolton, de 42 años, consultora en temas de salud. Los novios
no aceptaron regalos y pidieron a los invitados a la fiesta que donaran a
cuatro organizaciones benéficas que seleccionaron.
Soros nació
en Budapest, la capital de Hungría, es judío y se ha transformado en un famoso
filántropo a través de su "Fundación para una Sociedad Abierta" que
respalda causas liberales, el desarrollo de la educación y el combate a la
pobreza. Entre los 500 invitados a la fiesta por su tercer matrimonio
estuvieron el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y la directora
gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde. A Soros, la
revista Forbes lo ubica en el puesto 19 en la lista de las personas más ricas
del mundo. Tiene cinco hijos y todos trabajan con él.
Su padre,
Tivadar Soros, fue prisionero en la Primera Guerra Mundial, se fugó de Rusia y
atravesó Siberia hasta encontrarse con su familia en Budapest. Cuando Soros
tenía 13 años, la Alemania nazi tomó el control de Hungría. Tivadar diseñó un
plan para ocultar la identidad de su familia y así sobrevivieron al Holocausto.
En 1956 se fue a Estados Unidos y se desempeñó en varias financieras. En 1973
decidió abrir su propio empresa, Quantum Fund con la que amasó toda su fortuna.
Su fundación apoyó la legalización del cannabis aprobada en Uruguay.
Soros fue el
protagonista del "miércoles negro" en Inglaterra. El 16 de septiembre
de 1992, Soros especuló con la devaluación de la libra esterlina, vendió más de
10 millones de esa moneda y le dio mil millones de dólares en ganancias.
Actualmente
es el presidente de la Soros Fund Management y del Open Society Institute así
como también miembro del consejo directivo del Council on Foreign Relations.
Soros tiene 400.000 hectáreas en la Pampa argentina y posee más de 160.000
cabezas de ganado. También es propietario de varios hoteles y centros de
compras en Argentina. Tiene también empresas en México y es accionista de la
multinacional Monsanto.
En Estados
Unidos es muy conocido por su apoyo a causas liberales. Dicen que donó grandes
sumas de dinero para intentar conseguir la derrota de George W. Bush en 2004,
aunque lo había apoyado en su candidatura anterior. En noviembre de 2007
manifestó públicamente su apoyo a Barack Obama.
Recientemente
ha apoyado diversos movimientos favorables a la legalización de la marihuana.
En la página oficial de Open Society Institute, hay varios artículos sobre la
legalización de la marihuana en Uruguay. Integrantes de la ONG Regulación
Responsable han confirmado que la Open Society financió la campaña publicitaria
para promover la legalización de la marihuana en Uruguay.
Tabaré Vazquez fué elegido presidente en 2004; no en 1994. En 1994 Tabaré Vazquez fué elegido como Intendente Municipal de Montevideo, no como presidente. Montevideo es el departamento más poblado (de los 19 de Uruguay) y donde está la capital.
ResponderEliminarMe rectifico; Tabaré Vazquez fué elegido Intendente de Montevideo en 1989, antes de ser elegido presidente en 2004. Su mandato comenzó el 1 de marzo de 2005 al 1 de marzo de 2010.
ResponderEliminarVer cómo los medios le rinden pleitesía y le dan coba mundo afuera a este viejo chapucero es como releer "Desde el jardín".
ResponderEliminar